Salatul fatih

Salatul fatih
Oh Allah bendice a nuestro Maestro Muḥammad, el que abre lo que está cerrado y sella lo que le ha precedido, aquel que hace triunfar a la Verdad por la Verdad, el guía hacia el camino recto, y a su familia, conforme a lo que merece su categoría y su inmenso alcance

martes, 10 de marzo de 2009

Milagros ocurridos durante el nacimiento del Profeta

En el Nombre de Allah,
el Misericordioso, el Compasivo

El lugar donde nació el Profeta (saaws)


Como señala Lokman Effendi, muchos musulmanes hoy no conocen o no quieren hablar mucho acerca de los milagros del Profeta (saaws) o de su nacimiento. No quieren tomar en consideración su aspecto milagroso. 

Con el pretexto de poder hacer del Mensajero algo con quien poder estar en relación, dejan de lado ese aspecto. Pero eso es solo traerlo al nivel más bajo con el pretexto de poder relacionarlos con él (saaws), traerlo al nivel del ego. Sin embargo, el ruh, nuestro espíritu, siempre tiene la aspiración más elevada, y nuestro espíritu admira la elevación del Mensajero (saaws).

Para relacionarse con el Mensajero en verdad, hay que llegar a ser un espejo de él en nosotros, un reflejo procedente de él que brille en nosotros. Y para ello hay que reflejar a quienes son sus herederos en su Ummah, en su Nación, herederos del legado del último Profeta y Sello de todos los Profetas y Mensajeros (saaws). Pues ellos son un espejo de su brillo. Del mismo modo en que una gota transmite la realidad del océano al que refleja.

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Cuando la Corona de la Creación vino al mundo, la bendición y la paz de Dios sean sobre él, ocurrieron hechos extraordinarios. 

Mencionamos algunos a continuación:

Una narración de Safiya, la hija de Abdul Muttalib (el abuelo del noble Profeta, saaws):

“Estuve presente la noche en que nació el Profeta Muhammad (la bendición y la paz de Dios sean con él - BP). En el momento mismo del nacimiento vi que apareció una gran luz. Durante la noche, contemplé seis signos.

El primero ocurrió en el mismo instante en que nació el niño. Dobló su cabeza y realizó una postración (suyud – postración con la cabeza al suelo).

El segundo, fue que levantó su bendita cabeza y dijo de modo claro y distinto las siguientes palabras: La illaha Illa’Allah (No hay más dios que Allah), Inni Rasulullah (Yo soy el Mensajero de Allah).

El tercero, que se manifestó una gran luz.

El cuarto, que cuando quise lavar al niño, escuché una voz que me decía: “Oh Safiya, no te molestes, nosotros ya lo hemos lavado y limpiado”.

El quinto signo fue que nació estando ya circuncidado y su cordón umbilical estaba cortado.

El sexto signo fue que cuando busqué algo con que envolver al niño, observé en su espalda una cierta marca. Al mirarla muy cerca, fui capaz de leer las siguientes palabras: ‘La Illaha Illa’Allah, Muhammad Rasulullah’.

Safiya dijo también:

“Cuando se postró, habló algunas palabras en secreto. Incliné mi oído hacia sus labios benditos para escuchar lo que decía y le escuché decir: ‘Ummatiy, ummatiy (mi nación, mi nación)’”

Narró Ibn Abbas, que Allah esté complacido con él:

"La noche en que nació el Santo Profeta (BP), todos los ídolos en la Kaabah cayeron de sus lugares y se rompieron en pedazos. En ese momento, se escuchó una voz que llamaba desde el No-Visto y decía: ¡Ay! ¡Perdición para los Quraish! Porque el Profeta glorioso y digno de confianza ha venido en la verdad, adornado con adornos de los más elevados jardines del Paraíso. Lat y Uzza y todos los demás ídolos están acabados, y el propio Iblis (el demonio) está aprisionado”.

Finalmente, la bendita madre del Profeta (BP), Amina, narra acerca del instante anterior al nacimiento:

“… estaba sola en el cuarto. De pronto hubo un ruido aterrorizante y sentí un gran miedo. Después, un ave de color verde se posó sobre mi pecho y el temor me dejó, tuve calma y ya no hubo ningún trazo de temor o ansiedad. Después se me alcanzó un vaso con sidral dulce y blanco y cuando bebí de él, mi corazón se llenó con paz, gozo y luz. Después de esto, contemplé a varias mujeres altas que se me acercaban, altas y esbeltas como los árboles de ciprés, y de increíble belleza. Pensé que eran las hijas de Abdu Manaf. Vinieron y se sentaron alrededor mío en círculo. Yo estaba muy sorprendida y me preguntaba cómo es que habían conocido de mi condición y quién les había informado.

Cuando aún tenías estas preguntas en mi corazón, una de las damas habló y dijo: ‘Yo soy Hawa, la esposa del Profeta Adam (Adán). Y otra dijo: Yo soy Sarah, la esposa del Profeta Ibrahim (Abraham). Y otra dijo: ‘Yo soy Asiya, la esposa del Faraón de Egipto [que prefirió morir a renunciar a su fe en un único Dios, como se menciona en el Sagrado Corán]’. Y otra dijo: ‘Yo soy Maryam (María), la hija de ‘Imran, la madre de ‘Isa (la madre de Jesús)’. Las otras se presentaron como las huríes del Paraíso. Y todas vinieron a conducir al Santo Profeta (BP) a esta vida terrenal y a recibirle con la veneración debida”.

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Del libro: ‘Muhammad, el Mensajero del Islam. Su vida y profecía’. Por: Hajjah Amina Adil, que Dios esté complacido con ella y acreciente sus bendiciones en la Otra vida, la esposa de nuestro amado GranShaykh, Mawlana Shaykh Nazim al Haqqani.

El libro es una recopilación de múltiples fuentes clásicas árabes y otomanas, de manos de eruditos y el conocimiento de siervos íntimos de Dios.

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