Salatul fatih

Salatul fatih
Oh Allah bendice a nuestro Maestro Muḥammad, el que abre lo que está cerrado y sella lo que le ha precedido, aquel que hace triunfar a la Verdad por la Verdad, el guía hacia el camino recto, y a su familia, conforme a lo que merece su categoría y su inmenso alcance

jueves, 1 de diciembre de 2011

Ahlul Bayt en los Hadices y el Islam

En el Nombre de Dios,
el Misericordioso, el Compasivo

Ahlul Kisa o la Gente del Manto


Ofrecemos tras estos párrafos introductorios, el extracto de un artículo, tomado originalmente de la página de musulmanes andaluces, respecto al amor que debemos tener por Ahlul Bayt, la Gente de la Familia del Profeta (saaws), y las virtudes de la Casa del Profeta (saaws).

Amor por Ahlul Bayt es parte del Islam.  Muchos musulmanes se muestran reacios a expresar su amor por la Gente de la Casa del Profeta (saaws) o a hablar con énfasis al respecto, por temor a ser considerados shias.  

Lejos de ello, y a diferencia de ellos, nuestro amor es por toda la familia del Mensajero (saaws).  Esto incluye amor por todas sus esposas (Sayyida Aisha entre ellas, que Allah esté complacida con ella), sus hijas, sus padres, y su descendencia.  

De entre su descendencia, no sólo amamos a los Imames de Ahlul Bayt (awliya de una función especial, 11 de los cuales pertenecen uno tras otro a los primeros siglos, y el décimo segundo, nace en Akhir Zaman conforme a los hadices).  

Amamos también a los grandes awliya que son descendientes del Profeta (saaws):  Shaykh Abdulqadir al Jilani (qs), Shah Bahauddin Naqshband (qs), Shaykh Ahmad ar-Rifai, Kwhaja Mouniddin Chisti, Sultan Bahu, entre tantos otros.  

En nuestra época, de entre los sayyids, gente de Ahlul Bayt, tenemos especial amor y seguimiento de Maulana Shaykh Nazim al Haqqani (qs) y Sheykh Abdul Kerim Effendi.  

Amamos a la gente de la Casa de Osmán (los Califas Otomanos) que al inicio del linaje se emparentó por matrimonio bendito con la sangre del Profeta (saaws), pasando a ser considerados también dentro de los sayyids.

Y amamos también, por causa del amor al Mensajero -saaws- a los sayyids que no son awliya, pero que no obstante tienen iman y viven en el esfuerzo de ser buenos musulmanes.

Nuestro amor por Ahlul Bayt reconoce la barakah del parentesco con el Mejor de la Creación (saaws) y a la vez no es tampoco un obstáculo para señalar, como señalan nuestros shaykhs, que un verdadero sayyid hace honor al Islam, mientras que alguien que desprecia el honor de su parentesco con el Rasul (saaws) viviendo de forma necia o rebelde para con Allah (como muchos sayyids que, en el estado actual de la Ummah, viven de forma distinta al modo de vida requerido por el Islam), deja a un lado su honor de sayyid y se abre una puerta a la desgracia en esta o en la otra vida.  Para ellos, por causa de nuestro amor a la descendencia del Profeta (saaws) pedimos la misericordia y guía divinas, pues su aproximación a Allah será motivo de alegría para su común ancestro nuestro Amado Profeta (saaws).

Al hablar de Ahlul Bayt, por tanto, hay varios aspectos implicados:

1.- El núcleo especial de Ahlul Bayt:  Sayyidina Ali, su esposa la hija del profeta (saaws) Sayyida Fatima az-Zahra, y sus hijos Imam Hassan e Imam Hussein.  

Allah hizo descender al respecto una aleya por la que promete su auxilio y protección para su pureza.  

Esto no significa atribuirles infalibilidad, como hacen los shias.  La infalibilidad conforme a la doctrina islámica sólo le corresponde por naturaleza a los Mensajeros y Profetas, la paz sea con ellos, superior a todos los awliya y Ahlul Bayt.  Pero sí les concede, no por naturaleza pero sí por favor y gracia divinas, pureza en Haqq, estando igualmente sometidos, por naturaleza, a la lucha contra el nafs.

2.- Ahlul Bayt también comprende a las esposas, hijos e hijas del Profeta (saaws), así como en grado menor a sus parientes.  El Sagrado Corán nos llama a amarlos a todos ellos.  Allah llama a las esposas del Profeta (saaws) Madres de los Creyentes.

3.- El Mensajero (saaws) enseñó asimismo que quien observa fielmente el Islam, ése es de su familia, aunque no sea sayyid por sangre.  Es una verdadera filiación espiritual, por amor y fidelidad al Mensajero (saaws), como el caso de Salman al Farsi en vida del Profeta (saaws).

4.- Ahlul Bayt comprende a la descendencia del Profeta (saaws), incluyendo de modo especial, como guías benditos para la Ummah, a los ulama de taqwa y de modo preeminente los awliya sayyids, si bien esta posición no es única de ellos.  

Para la Ummah, un hadiz menciona que Ahlul Bayt (los siervos puros dentro de Ahlul Bayt) sería como el arca de Noé, es decir, un medio de salvación del peligro.

Ahlus Sunnah wal Yamaah deriva sin duda de la Casa Profética un soporte fundamental y único de la guía (Irshad) para la Ummah, como se ve de la posición abundante y notable de los sayyids de Ahlul Bayt entre los grandes ulama y awliya e, incluso, en el caso otomano, de la posición de los Califas mismos. 

Se encuentran comprendidos en la descendencia, los 12 Imames (el décimo segundo, a diferencia de lo que creen los shias, reservado para nacer en Akhir Zaman -sobre lo cual de modo particular nuestros shaykhs, al iual que varios otros, indican que su bendito nacimiento ya ha ocurrido hace varios años).  

Son Imames cuya posición especial de liderazgo es ajena a los asuntos de la sultaniya política (como muestra el hecho de que de ellos muy pocos fueron Califas), y su campo básico y directo no es la generalidad de creyentes, para quienes hay abundancia de sayyids entre los awliya y ulama.  

Sino que, en consideración a sus funciones y estaciones, este Imamato se reserva en particular para los grados más altos de la wilaya, como lo señalan el Imam Rabbani y Shah Waliullah y es por esa vía que, indirectamente, a través de los Aqtab, se deriva hacia los awliya y, de ellos, por segundo momento indirecto, a la Ummah.  

La descendencia bendita que es guía para la Ummah comprende también a muchos de los más grandes shaykhs de tasawuf, grandes hombres de los salihin y los notables de entre los ulama, como atestigua nuestra historia, con función directa de guía para millones de personas.

Para nosotros, la barakah del Irshad de Ahlul Bayt deriva de nuestro amado Grandshaykh Nazim al Haqqani y Sheykh Abdul Kerim Effendi, sayyids hassani-husseinis.

5.- A en otro nivel, por último, en su significado más amplio, la descendencia también abarca a todo aquel que por sangre sea sayyid, habiendo sayyids (según su línea de descendencia) hassanis, husseinis, jafaris, etc, independientemente de su condición de conocimiento o práctica del Islam.


Teniendo en cuenta por tanto los diversos significados de la frase Ahlul Bayt (Gente de la Casa), ofrecemos algunos hadices sobre la bendición de la Familia del Profeta (saaws).

* * *


LA PUREZA DE LA GENTE DEL MANTO


Representación tradicional de Hazreti Ali,
que Allah esté complacido con él


El núcleo del Clan (al-‘Itra) estaba formado por Fâtima (hija de Muhammad), ‘Ali (su primo y yerno) y al-Hásan y al-Husáin (hijos de ‘Ali y Fâtima y nietos del Profeta) pero Muhammad sumó a ellos a otros miembros de su familia extensa e incluso a extranjeros, como Salmân el Persa...

         Un texto sufí (al-Anîs al-Yalîl, del Sháij Sidi Ahmad al-Jalîfi) nos dice de los Ahl al-Báit:
         Es un favor inmenso de Allah y manifestación de su generosidad sin límite y misericordia fecunda el haber privilegiado con su bondad, abarcándolo en su cuidado, al Clan(‘Ítra, literalmente, Partícula de Almizcle) del Profeta (al-‘Ítra an-Nabawía), que es su Continuación Pura (al-Bíd‘a aç-Çakía), el Árbol Perfumado (ash-Sháÿara al-‘Átira) y el Linaje Inmaculado (as-Sulâla at-Tâhira an-Naqía).

         Allah salvaguarda a ese Clan en entrañas limpias hasta que su Decreto impone que deban emerger y entonces sus miembros pasan a la existencia y nacen puros y purificadores. El Cuidado Señorial (al-‘Înâya) los acompaña y la Atención Soberana (ar-Ri‘âya) los vigila, cumpliéndose lo que Allah les ha prometido en el Corán: “Allah sólo quiere alejar de vosotros lo impuro, ¡oh, Gente de la Casa!, y purificaros totalmente”, innamâ yurîdu llâhu li-yúdzhiba ‘ánkumu r-ríÿsa áhla l-báiti wa yutáhhirakum tathîra (XXXIII-33).

         Ibn Háÿar al-Háithami dijo que ese versículo es el manantial de los méritos (fadâil) de los Ahl al-Báit al aludir al privilegio del que gozan, pues la partícula innamâsólo, con la que empieza la frase, quiere decir que la Voluntad de Allah (Irâda) se concentra en ellos en un acto que los purifica del riÿs, lo inmundo, que es el error y el comportamiento innoble.


HADICES SOBRE LA FAMILIA DE PROFETA (SAAWS) - AHLUL BAYT



 1- Han recogido Muslim y Ahmad que ‘Âisha dijo. “Rasûlullâh (s.a.s.) salió una cierta mañana y al mediodía se refugió del sol bajo un sombrajo, y acudieron al-Hásan y al-Husáin y los cobijó con él, y después llegó Fâtima y la cobijó con él, y después llegó ‘Ali y lo cobijó con él y les recitó: innamâ yurîdu llâhu li-yúdzhiba ‘ánkumu r-ríÿsa áhla l-báiti wa yutáhhirakum tathîra...”.

         2- At-Tabarâni, Ahmad y at-Tirmîdhi recogieron que Ánas dijo que, cuando iba al amanecer a la mezquita, el Nabí (s.a.s.) pasaba delante de la puerta de Fâtima y decía en voz alta: “La hora del Salât, oh Gente de la Casa, la hora del Salât, innamâ yurîdu llâhu li-yúdzhiba ‘ánkumu r-ríÿsa áhla l-báiti wa yutáhhirakum tathîra...”.

         3- At-Tabarâni recogió de ‘Abd Allâh ibn ‘Umar que el Nabí (s.a.s.) dijo en cierta ocasión: “Para Allah hay tres cosas inviolables (hurumât), y protege el Islam y el Mundo de quien las respete; pero quien no las respete, Allah no protege ni su Islam ni su Otro Mundo”. ‘Abd Allâh preguntó: “¿Y cuáles son, oh Mensajero de Allah?”, y él (s.a.s.) respondió: “La inviolabilidad (hurma) del Islam, mi inviolabilidad y la inviolabilidad de mi descendencia”.

         4- Ahmad y at-Tirmîdhi recogieron la noticia de que el Nabí tomó de la mano a al-Hásan y al-Husáin y dijo: “Quien me ame a mí y ame a estos dos y a su padre y a su madre está conmigo en el Jardín”.

         5- At-Tabarâni y al-Hâkim recogieron la información de que Abû Dharr había relatado que el Nabí (s.a.s.) dijo: “La Gente de mi Casa son como el Arca de Noé. Quien se sube a ella se salva y quien no lo hace se ahoga”. Al-Baçâr lo contó a partir de otra fuente.

         6- También at-Tabarâni, y al-Báihaqi y al-Hâkim, contaron a partir de Ibn ‘Abbâs que el Nabí (s.a.s.) dijo: “Toda mediación y toda genealogía dejarán de tener eficacia el Día de la Resurrección, salvo mi mediación y mi genealogía”. En otra versión: “...salvo mi genealogía y el parentesco conmigo”.

         7- Ahmad recogió a partir de Sa‘îd al-Judri, quien había oído a Rasûlullâh (s.a.s.) decir desde el almimbar: “¿Qué pasa a quienes dicen que el parentesco conmigo no es de utilidad? El parentesco conmigo es un bien en este mundo y junto a Allah”.

         8- Ahmad y at-Tábari comunicaron el hadiz de Sáid ibn az-Zâbit según el cual el Nabí (s.a.s.) dijo: “Dejo entre vosotros a dos sucesores míos: el Libro de Allah que es una cuerda tendida entre el cielo y la tierra y mi Clan la gente de mi Casa. Ninguno se separará del otro hasta que beban del Estanque”, es decir, no lo harán jamás. El Estanque del Profeta (s.a.s.) está más allá de la muerte.

         Al-Qúrtubi dijo que esta confianza absoluta de Sayyidinâ Muhammad en los suyos exige nuestro respeto, veneración y amor hacia ellos, al igual que los exigen las obligaciones en las que el Nabí (s.a.s.) insistió especialmente.

         9- Al-Bujâri recogió el hadiz en el que el Nabí (s.a.s.) dijo: “tima es un pedazo de mí (d‘a minnî). Quien la enoja me enoja”.

         As-Samhûdi escribió: “Y, por supuesto, sus hijos son parte de ella, y, a su vez, son, por mediación de Fâtima, parte de Muhammad (s.a.s.). Por ello, cuando Umm al-Fadl soñó que una parte de Muhammad (s.a.s.) era colocada en sus brazos, el Nabí lo interpretó diciendo que Fâtima daría a luz un varón, y cuando nació al-Hásan, Umm al-Fadl asistió al parto y cogió en brazos al recién nacido. Quien ve a un descendiente del Profeta entra en contacto con una parte de él, por muchas generaciones que hayan trascurrido, y ello debería invitarlo al respeto y a la consideración, al margen de toda circunstancia”.

         Ibn Háÿar escribió: “Según este hadiz, está prohibido hacer daño a quien es amado por el Profeta, pues él sufriría en ello. Quien dañe a Fâtima causa dolor a Muhammad (s.a.s.), y nada la dañaría más que cualquier agresión a su descendencia...”.

         10- Múslim recogió a partir de  Sáid ibn al-Árqam que el Nabí (s.a.s.) dijo: “Dejo entre vosotros dos objetos preciosos (zaqaláin). El primero de ellos es el Libro de Allah en el que está la Senda (Hudà) y hay Luz (Nûr). Quien se aferre a él y lo cumple está sobre la Senda, y quien no acierte con él estará en el error. Coged el Libro de Allah y aferráos a él. Y la Gente de mi Casa, os recuerdo a Allah en la Gente de mi Casa (Ahl Báiti)...”. En la versión de Abû Huráira se dice: “El Libro de Allah y mi Sunna (Sunnati)...”. (1)

         Ibn Háÿar al-Háithami escribió: “Rasûlullâh (s.a.s.) ha llamado zaqaláin, es decir, objetos preciosos, al Corán y a su Clan porque todo lo precioso debe ser guardado y protegido, y es así porque cada uno de ellos es una mina (má‘din) de saberes trascendentales (‘ulûm ladunnía), secretos (asrâr), sentencias sapienciales (híkam) y normas legales (ahkâm shar‘ía). El Nabí (s.a.s.) nos anima a que sigamos su ejemplo y nos aferremos a ellos -al Corán y a la Gente de su Casa-, aprendiendo de ellos. En el caso del Clan, se refiere de entre ellos a los conocedores del Libro de Allah y de la Sunna del Profeta. Ellos son los que no se separarán del Libro hasta beber del Estanque”. Según esto, los sabios entre la Gente de la Casa del Profeta son los merecedores de la obediencia de los musulmanes, y los demás miembros de la Familia son dignos de aprecio, respeto y consideración.

         11- At-Tabarâni recogió que el Nabí (s.a.s.) dijo: “Las estrellas son garantía para las gentes del cielo y la Gente de mi Casa son garantía para mi Nación”. Este hadiz tiene varias vías y se alza a la categoría de hásan.

         El Imâm Yamâl ad-Dîn ‘Abd Allâh as-Samhûdi deduce de este hadiz que siempre habrá entre los descendientes de Muhammad (s.a.s.) grandes sabios y místicos a los que debemos aferrarnos porque gozan de un privilegio especial, y por ello son garantía para la gente de la tierra. Y yo digo que es así porque juntan al mérito de la dedicación al estudio y a las acciones rectas la inviolabilidad de una ascendencia que los relaciona directamente con el Nabí (s.a.s.), por lo que son Abdâl, es decir, herederos y sustitutos de la Profecía. Y los miembros de la gente de la Casa que sólo tengan el mérito de la genealogía deben ser respetados y tenidos en consideración, cumpliendo con el deseo del profeta expresado en el Corán: qul lâ: ás-álukum ‘aláihi áÿran illâ l-mawáddata fî l-qurbà “Di: no os pido un salario sino que améis a mi descendencia” (XLII, 21).

         12- Cuando fue revelado el versículo citado al final del párrafo anterior, los Compañeros (los Sahâba) preguntaron a Rasûlullâh (s.a.s.) a qué descendencia se refería, y él (s.a.s.) respondió: “Ali, Fâtima y sus dos hijos”.

         13- Según at-Tabarâni y al-Baçâr, en cierta ocasión al-Hásan se dirigió a la gente durante una jutba diciendo: “Quien me conoce ya me conoce, y para quien no sepa nada de mí: yo soy al-Hásan ibn Muhammad... Soy hijo del Anunciador, soy hijo del Advertidor, soy de la Gente de la Casa a la que Allah obliga amar y con la que Él impone aliarse”, y después citó el versículo XLII-21. Según otra versión: “...soy de la Gente de la Casa a la que Allah obliga amar a todo musulmán”.

         14- Al-Bujâri citó que Abû Bakr dijo: “Por Allah juro que prestar atención a la descendencia de Rasûlullâh me es más querido que atender a mi propia familia”, según otra versión: “...su descendencia me es más querida que la mía”, y según otra versión: “...atenderos me es más querido que atender a mi clan por vuestra cercanía a Rasûlullâh y por la inmensidad de la obligación que Allah ha impuesto a cada musulmán en razón de vosotros”.

         Ejemplo de la veneración en la que han sido tenidos en el Islam es la historia que se cuenta sobre el Imâm Mâlik. Por desobedecer a un califa, el Imâm fue azotado por Ya‘far ibn Sulaimân, de los Ahl al-Báit. El dolor le hizo desmayar y cuando volvió en sí dijo: “Os pongo por testigos de que libero de responsabilidades al que me ha golpeado”, le preguntaron que por qué lo hacía y respondió: “Por miedo a morir y tener que encontrarme con Rasûlullâh habiendo entrado en el Fuego alguien de su Gente por mi causa”. A la muerte del califa al-Mansûr, la gente dijo a Mâlik que aprovechara para vengarse legalmente de su verdugo, y él les respondió: “¡Me refugio en Allah! Por Allah lo juro, lo libero de la responsabilidad de cada golpe que me dio por su parentesco con Rasûlullâh”.

         Se cuenta también que el gran místico al-Hásan al-Basri dijo: “Si yo hubiera formado parte de la banda que asesinó a al-Husáin y se me diera a elegir entre el Jardín y el Fuego, elegiría entrar en el Fuego por vergüenza a que me viera Rasulullah en el Jardín”.


Oh Allah, bendice y concede paz a Muhammad, 
a la Familia de Muhammad y a los Compañeros todos de Muhammad

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NOTAS:

(1)  El Profeta Muhammad (saaws) mencionó en el Hajj de Despedida la exhortación a aferrarse al Corán y la Sunnah, frente a 124,000 Compañeros suyos.  Y en su regreso a Medina, frente a un grupo de pocos miles de personas, mencionó el hadiz bajo comentario (az-zaqalayn), inculcando a sus oyentes aferrarse al Sagrado Corán y recordándoles a su Familia.  

En este último caso, la mención de Ahlul Bayt no sirve ni se menciona bajo las mismas conminaciones o tono que usó para el Sagrado Corán.  Su Familia es mencionada a fin de que no se olvide el amor y respeto a su Familia.  En otra versión, se menciona los deberes para con su Familia.

El incidente que dio lugar a este hadiz fue un cierto resentimiento que un grupo de musulmanes tenía en ese momento para Sayyidina Ali, y la mención de la Familia, con el conocimiento de las cosas por ocurrir que tenía el Profeta (saaws), fue para advertir contra vulnerar los derechos de su familia o causarles daño o derramar su sangre.


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