Salatul fatih

Salatul fatih
Oh Allah bendice a nuestro Maestro Muḥammad, el que abre lo que está cerrado y sella lo que le ha precedido, aquel que hace triunfar a la Verdad por la Verdad, el guía hacia el camino recto, y a su familia, conforme a lo que merece su categoría y su inmenso alcance

jueves, 29 de diciembre de 2011

Un Gobierno Secreto en Estados Unidos

En el Nombre de Dios,
el Misericordioso, el Compasivo

Preámbulo



Puedes hacer muchas leyes, pero no puedes usarlas, ya que hay gobiernos subterráneos.  Los gobiernos visibles no pueden hacer nada.  No pueden impedir ningún mal porque todo mal es alimentado por esa mafia.  Esa mafia controla los gobiernos y la policía y los ejércitos ...
Ellos piensan que todo lo que tienes que hacer es tener una mezquita y dejar que la gente rece detrás tuyo.  Piensan que eso es todo en el Islam.  O salir y gritar.  Están totalmente equivocados.


Ha mencionado Sheykh Abdul Kerim Effendi:

[la gente en el poder real en Estados Unidos] Están preparándose para lo que viene con bases y ciudades subterráneas.  Necios.  Creen que podrán así escapar a lo que se viene.  Se fortifican debajo pero cuando vengan los acontecimientos, la tierra arderá por debajo de sus pies.


Y respecto a los musulmanes y su admiración por Estados Unidos:

Hakk [Haqq, la Verdad], debes hablar Hakk, no interesa.  ¿Molesta?  Por cierto que me molesta.  También debería estarles molestando a ustedes.  Porque Allah (SWT) nos ha honrado, nos ha dado el honor del Islam, de que los musulmanes porten la bandera del Profeta (AS).  Para llevarla por doquier.  

Pero la hemos puesto abajo.  La hemos puesto abajo a causa de nuestros razonamientos egoístas.  Caímos en los trucos y trampas del Sheytan.  Y seguimos nuestro ego.  Y eso es lo que nos ha ocurrido hoy en día. 

Y hasta buscamos ayuda de ésos que se están preparando para acabarnos por completo.  Así es.  América, ¿libertad, no?  Fíjate lo que debaten hoy en día.  ¿Dónde?  En Washington.  ¿Deberíamos poner a los musulmanes en campos de concentración?  Esto es lo que están debatiendo.  ¿Deberíamos ponerlos en una esquina y poner soldados alrededor de ellos?

Hmm para ti.  ¿Vas a poner el Islam en esa esquina? Hmm ¿Crees que el Islam está en las manos de criaturas?  ¿No has observado la historia?  ¿Cuántos Abrahas, cuántos Nimruds, cuántos Firauns, cuántos tiranos vinieron antes que tú?  ¿Tratas de acabar con el Islam?  ¿Qué les ocurrió a ésos? 

Observa la historia. 





Es un secreto a voces que FEMA, organismo gubernamental norteamericano, ha venido construyendo instalaciones subterráneas en distintos puntos de Estados Unidos; y, junto con el incremento exorbitante de sus facultades en caso el gobierno americano declare una situación de emergencia, ha venido implementando asimismo campos de detención para poblaciones trasladadas ante situaciones de emergencia interna o externa.

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DESENMASCARANDO KUFR Y LA HIPOCRESÍA DE LA DEMOCRACIA


Fragmento de El Gobierno Secreto que dirige los Estados Unidos, publicación de Red Voltaire 




Red Voltaire: Profesor Scott, sabiendo que su trabajo no dispone aún de la notoriedad que debería tener el mundo francófono, ¿pudiera usted comenzar proporcionándonos una definición de qué es la «la Política profunda» (Deep Politics) y explicándonos la diferencia entre lo que usted llama el «Estado profundo» y el «Estado público»?
Peter Dale Scott: La expresión «Estado profundo» viene de Turquía.
Hubo que inventarla en 1996, después del accidente de un auto Mercedes que rodaba a toda velocidad y cuyos pasajeros eran un miembro del parlamento, una reina de belleza, un importante capitán de la policía local y el principal traficante de droga de Turquía, quien dirigía además una organización paramilitar –los Lobos Grises– que asesinaba gente. Se hizo entonces evidente que existía en Turquía una relación secreta entre la policía –que oficialmente estaba buscando al hombre que finalmente se encontraba en aquel auto con un jefe de la policía– y aquellos individuos, que cometían crímenes en nombre del Estado.
El Estado para el que se cometen crímenes no es un Estado que puede mostrar su propia mano al público. Es un Estado escondido, una estructura secreta.
En Turquía lo llamaron el «Estado profundo» [1], y yo mismo venía hablando desde hace tiempo de «Política profunda», así que utilicé esa expresión en mi libro «La Route vers le Nouveau Désordre Mondial» [En español, El Camino hacia el Nuevo Desorden Mundial. NdT.].
Yo definí la política profunda como el conjunto de prácticas y de disposiciones políticas, intencionales o no, habitualmente criticadas o no mencionadas en el discurso público, además de no reconocidas. O sea que la expresión «Estado profundo» –concebida en Turquía– no es cosa mía. Se refiere a un gobierno paralelo secreto organizado por los aparatos militares y de inteligencia, financiado por la droga, que se implica en acciones de violencia de carácter ilícito para proteger el estatus y los intereses del ejército de las amenazas que representan los intelectuales, los religiosos y en ocasiones el gobierno constitucional.
En en libro El Camino hacia el Nuevo Desorden Mundial, yo adapto un poco esa expresión para referirme a la más amplia conexión que existe, en Estados Unidos, entre el Estado público constitucionalmente establecido, por un lado, y las fuerzas profundas que se mueven en segundo plano de ese Estado: las fuerzas de la riqueza, del poder y de la violencia que están fuera del gobierno.
Esa conexión podríamos llamarla la «puerta trasera» del Estado público, [puerta] que sirve de acceso a fuerzas oscuras situadas fuera del marco legal.
La analogía con Turquía no es perfecta ya que lo que actualmente hemos podido observar en Estados Unidos no es tanto una estructura paralela si no más bien una amplia zona o ambiente de contactos entre el Estado público y fuerzas oscuras invisibles. Pero esa conexión es considerable, y se necesita una apelación como «Estado profundo» para describirla.
(...)

Red Voltaire: Después de haber sido un hombre muy influyente con el presidente Gerald Ford, Dick Cheney –junto a su mentor Donald Rumsfeld y junto al vicepresidente George H. W. Bush– fue, a partir de la presidencia de Reagan, uno de los hombres claves del programa ultrasecreto de «Continuidad del Gobierno» (Continuity of Government, COG). ¿Puede usted explicarnos en qué consiste ese programa? ¿Ya se ha aplicado, aunque sea parcialmente?
Peter Dale Scott: Desde el comienzo de la presidencia de Reagan, en 1981, se creó un grupo secreto, fuera del gobierno regular, para trabajar sobre la llamada Continuidad del Gobierno («Continuity of Government» o COG) o, dicho de otra manera, en planes de la COG destinados a organizar la gestión del Estado en caso de urgencia nacional. Ese programa era inicialmente una extensión de planes preexistentes destinados a responder a un ataque nuclear que decapitara la dirección de Estados Unidos. Pero, antes del fin del mandato de Reagan, su orden ejecutiva número 12686 de 1988 modificó los términos [de dichos planes] para que cubrieran cualquier tipo de urgencia.
La COG es otra de las cosas que se asocian a Reagan, pero aquellos planes en realidad comenzaron en la época de Carter, aunque es posible que este último nunca haya estado al corriente de ello. En efecto, Carter creó la FEMA[la Agencia Federal de Manejo de Situaciones de Urgencia, siglas en inglés.], que históricamente siempre fue la estructura de planificación de la COG.
Lo que resulta bastante chocante es que aunque los planes de la COG son planes extremos, el Congreso no estaba al corriente de ellos en los años 1980. Sólo un pequeño grupo –en el que se encontraban Oliver North, Dick Cheney y Donald Rumsfeld– estaba encargado de trabajar en esos planes en virtud de una orden ejecutiva altamente secreta de Reagan emitida en 1981, como ya expliqué anteriormente.
La cuestión de la COG se mencionó públicamente por primera vez en 1987, durante las audiencias sobre el escándalo Irán-Contras, cuando un miembro del Congreso nombrado Jack Brooks le preguntó a Oliver North: «Coronel North, en el marco de su trabajo en el Consejo de Seguridad Nacional, ¿no le asignaron a usted en un momento dado la planificación de la continuidad del gobierno en caso de un desastre de envergadura?» Agregó el congresista Brooks: «Yo estaba particularmente preocupado, señor presidente, porque leí en varios diarios de Miami y en algunos más que había un plan elaborado, por esta misma agencia, un plan de contingencia en caso de urgencia que suspendería la Constitución de los Estados Unidos. Aquello me inquietó mucho y me pregunté si era un aspecto en el cual había trabajado él. Yo creo que así es y quería tener esa confirmación.»
El senador Inouye, director de aquella comisión investigadora del Congreso, le respondió con un poco de nerviosismo: «Con todo respeto, ¿puedo pedirle que no se toque ese tema en este momento? Si queremos abordarlo, estoy seguro que pueden hacerse arreglos para una sesión ejecutiva.» Está claro que las preguntas del congresista Brooks eran sobre la «Continuidad del Gobierno», y aquellos arreglos para la realización de una sesión ejecutiva nunca tuvieron lugar.
Cheney y Rumsfeld –dos figuras claves del programa de la COG– siguieron participando en esos planes y ejercicios, muy onerosos, a lo largo de dos décadas sucesivas, incluso en momentos en que, hacia fines de los años 1990, los dos eran directores de empresas privadas que nada tenían que ver con el gobierno. Se ha dicho que el nuevo blanco que sustituyó a la Unión Soviética fue el terrorismo, pero algunos periodistas han mencionado que desde principios de los años 1980 había importantes planes destinados a hacer frente al tipo de manifestaciones que, según la mentalidad de Oliver North y de otros como él, habían llevado a la derrota de Estados Unidos en Vietnam.
Nadie duda que los planes de la COG se hayan aplicado parcialmente durante el 11 de septiembre, paralelamente a un estado de urgencia proclamado oficialmente. Este último sigue aún en vigor al cabo de 9 años, a pesar de una ley posterior al Watergate que exige ya sea una aprobación o un cese de una urgencia nacional por parte del Congreso cada 6 meses. Los planes de la COG son un secreto celosamente guardado, pero en los años 1980 hubo informes que señalan que esos planes implicaban medidas de vigilancia y detenciones sin mandato, así como una militarización permanente del gobierno. En cierta medida, esos cambios claramente se aplicaron después del 11 de septiembre.
No hay manera de determinar cuántos cambios constitucionales ocurridos desde del 11 de septiembre pueden tener su origen en la planificación de la COG.
Sabemos, sin embargo, que nuevas medidas de aplicación de la COG fueron instauradas nuevamente en 2007, cuando el presidente Bush emitió la National Security Presidential Directive 51 (Directiva Presidencial de Seguridad Nacionale, o NSPD-51/HSPD-20). Esa directiva estipulaba lo que la FEMA posteriormente llamó «una nueva visión para garantizar la continuidad de nuestro gobierno», y fue seguida posteriormente por un nuevo National Continuity Policy Implementation Plan (Plan de Implementación de la Política de Continuidad Nacionale).
La NSPD-51 invalidó también la PDD 67, que era la directiva de la COG del decenio anterior elaborada por Richard Clarke, quien era por aquel entonces el «zar» del contraterrorismo en Estados Unidos desde la época de Clinton. En fin, la NSPD-51 hizo referencia a nuevos «anexos clasificados sobre la continuidad», señalando que deben «ser protegidos contra toda divulgación no autorizada».
Bajo la presión de algunos de sus electores que se habían movilizado a favor de la apertura de una verdadera investigación sobre el 11 de septiembre, el congresista Peter DeFazio, miembro de la Comisión sobre la Seguridad Interior, presentó dos pedidos para consultar esos anexos.
Su primer pedido fue rechazado. DeFazio presentó entonces un segundo pedido, mediante una carta firmada por el presidente de su Comisión. El pedido fue rechazado de nuevo. Una vez más, como ya dije en mi respuesta a la segunda pregunta de esta entrevista, esto parece indicar que el sistema constitucional de contrapoderes ya no se aplica en Estados Unidos y que los decretos secretos están ahora por encima de la legislación pública.
Red Voltaire: En La Route vers le Nouveau Désordre Mondial, usted afirma que la Comisión Nacional Investigadora sobre el 11 de septiembre –cuyos miembros fueron nombrados por el gabinete de George W. Bush y cuyo Informe Final fue redactado por el equipo del director ejecutivo Philip Zelikov– incurrió en repetidos engaños sobre el tema del 11 de septiembre, sobre todo en lo tocante a las actividades de Dick Cheney en aquella mañana. ¿Puede usted explicar a nuestros lectores ese aspecto en particular?
Peter Dale Scott: Inicialmente, George W. Bush se resistió a toda investigación sobre el 11 de septiembre, hasta que el Congreso impuso una Comisión Investigadora, en respuesta a una eficaz campaña de las familias de las victimas [3] Thomas Kean y Lee Hamilton, los dos directores de la Comisión, prometieron públicamente guiarse por las preguntas sin respuestas de las familias de las víctimas, como por ejemplo: saber quiénes eran realmente los presuntos secuestradores de los aviones y cómo fue que se derrumbaron 3 edificios del World Trade Center, cuando uno de ellos ni siquiera llegó a recibir el impacto de un avión.
Finalmente, esas preguntas, al igual que otras muchas interrogantes, ni siquiera llegaron a mencionarse. Asimismo, la Comisión recogió gran cantidad de testimonios contradictorios y, en muchas ocasiones, reescribió ciertos relatos. Bajo la estrecha supervisión dePhilip Zelikow, el director de aquella Comisión quien por mucho tiempo había sido empleado del gobierno en cuestiones de seguridad nacional, el Informe de la Comisión sobre el 11 de Septiembre ignoró ciertas contradicciones y corrigió otras de una forma que fue cuestionada por numerosos críticos.
El Informe atribuyó la ausencia de respuestas [de la defensa estadounidense] de aquel día a un caos y a una ruptura sistémica, ignorando así otros testimonios de Cheney, según los cuales él desempeñó aquel día un papel preponderante. La Comisión ignoró igualmente importantes contradicciones y dudas sobre el testimonio que había prestado Cheney. Un tema crucial que la Comisión no investigó de manera explícita fue la aplicación de los planes de la COG [durante los hechos] el 11 de septiembre (p.555, nota 9).
Tampoco mencionó la comisión de estudios sobre el terrorismo de Cheney –reunida por decreto de Bush en mayo de 2001– que fue citada como fuente de origen de una orden del Comité de Jefes del Estado Mayor Conjunto [el JCS, según sus siglas en inglés] que databa del 1º de junio de 2001. Aquella orden modificó [u obstaculizó, haciéndolas inoperantes] las condiciones de intercepción de los aviones secuestrados por parte de la fuerzas aérea.
Para lograr su recuento restringido sobre la responsabilidad de Cheney [en lo sucedido] aquel día, la Comisión también restó importancia –y de manera flagrante– a varios recuentos de testigos oculares [que estaban] en completo desacuerdo con la cronología de la propia Comisión, particularmente los del director del contraterrorismo Richard Clarke y del secretario de Transportes Norman Norman Mineta.
Red Voltaire: Gran parte de La Route vers le Nouveau Désordre Mondial –un libro verdaderamente muy rico debido a la cantidad e importancia de los temas que aborda– trata sobre la geopolítica del petróleo, de la droga y del armamento y la manera como el Estado profundo estadounidense la maneja en Asia Central y en el Medio Oriente desde la época del presidente Carter. Sabiendo que la «guerra contra el terrorismo» perdura y se extiende hoy en más de 60 países –principalmente a través de operaciones secretas–, ¿cuáles son en su opinión los verdaderos orígenes y objetivos de esta?
Peter Dale Scott: Al principio de la «guerra contra el terrorismo» estaba muy claro que los consejeros estratégicos de los dos partidos, al igual que los grupos de reflexión (think tanks, en español tanques pensantes, son centros o institutos de propaganda y/o difusión de ideas políticas) como el Council on Foreign Relations, estaban preocupados por la necesidad que según ellos tenía Estados Unidos de preservar su dominio histórico sobre los mercados petroleros mundiales. Produjeron documentos que apoyaban la idea de un incremento de la fuerza militar de Estados Unidos en la región del Golfo Pérsico, así como la idea de adoptar planes militares destinados, en particular, a ocuparse de Sadam Husein.
Hoy en día, la «guerra contra el terrorismo» ha seguido extendiéndose, y nos dicen que los militantes salafistas se han desplazado –como era de esperar– hacia nuevas regiones del mundo, sobre todo hacia Somalia y Yemen, para preparar sus represalias. La «guerra contra el terrorismo» se ha convertido por lo tanto en un ensayo para la actual doctrina estratégica de Estados Unidos tendiente a implantar un «dominio total» [«Full-spectrum dominance»], como fue definida en el importante informe del Pentágono titulado Joint Vision 2020, llamando entonces a garantizar «la capacidad de las fuerzas estadounidenses, operando solas o con el apoyo de los aliados, para derrotar a cualquier enemigo y controlar cualquier situación mediante la gama de operaciones militares [disponibles]».
Desde la Segunda Guerra Mundial cada una de esas escaladas ha sido conducida por un lobby de la Defensa financiado originalmente por el complejo militaro-industrial y actualmente por media docena de fundaciones de derecha que disponen de fondos ilimitados. Con el tiempo, su personal ha ido emigrando de grupo en grupo –el American Security Council, el Comité sobre el Peligro Presente, el Proyecto para el Nuevo Siglo Americano y, actualmente, el Center for Security Policy (CSP) [4]. Pero sus objetivos han ido ampliándose con el paso de los años yendo así de maximizar la presencia estadounidense hasta restringir las libertades individuales para impedir la reaparición de cualquier tipo de movimiento antiguerra en Estados Unidos. Yo abordo la expansión de esta facción del sector de la defensa en mi más reciente libro,American War Machine.
Esa agenda incluye cada vez más el maccarthysmo, por no decir el fascismo. Cierto número de grupos están alimentando una histeria islamófoba que recuerda la histeria anticomunista de los años 1950, llamando a una guerra aparentemente sin fin contra el Islam. Por ejemplo, el CSP [Centro para la Política de Seguridad, siglas en inglés. Ndt.] publicó recientemente un documento tituladoShariah, The Threat to America [5], en el que proclama que la sharia es «la amenaza totalitaria de nuestra época», con advertencias alarmistas sobre una «yihad infiltrada» y una «yihad demográfica».
Red Voltaire: Esa «guerra contra el terrorismo», cuyos verdaderos fundamentos y objetivos están lejos de ser expuestos explícitamente por los gobiernos de los países miembros de la OTAN, comenzó en Afganistán, en 2001. En ese Estado, poderosos señores de la guerra aliados a Estados Unidos en los años 1980 –en la época en que los muyahidines combatían a las tropas soviéticas– son actualmente destacados actores del conflicto en «AfPak», la entidad geopolítica que abarca Afganistán y Pakistán. Tomemos como ejemplo simbólico el caso de Gulbuddin Hekmatyar. La opinión pública de los diferentes países de la OTAN no parece darse realmente cuenta de quién es este señor Hekmatyar. ¿Puede usted proporcionarnos información sobre él? En su opinión, ¿cómo simboliza [Hekmatyar] el peligro que representa una política exterior estadounidense que, por falta de control legislativo y de visibilidad pública, ha provocado la explosión del tráfico de droga a nivel global?
Peter Dale Scott: Al disponer de pocos agentes leales en Afganistán, Estados Unidos decidió realizar su Operación Ciclón a través de los que estaban a la disposición de la Inter-Services Intelligence (ISI, los servicios secretos pakistaníes). Pakistán, temiendo a su vez a los reclamos de los verdaderos nacionalistas afganos que reivindican sus propios territorios fronterizos, dirigió el volumen de las ayudas provenientes de Estados Unidos y de Arabia Saudita hacia dos extremistas cuya base de apoyo en Afganistán era muy restringida: Abdul Rasul Sayyaf y Gulbuddin Hekmatyar.
Este último, miembro de la etnia pashtún y de la tribu Ghilzai, originario de norte no pashtún, fue entrenado inicialmente para la resistencia violenta bajo la dirección de los pakistaníes. Fue al parecer el único líder afgano que reconoció explícitamente la línea Durand que define la frontera entre Afganistán y Pakistán. Para compensar el apoyo que no tenían entre la población local, Sayyaf y Hekmatyar cultivaron y exportaron opiáceos de forma masiva en los años 1980, también con apoyo del ISI.
Fue por esa misma razón que los dos colaboraron con los muyahidines extranjeros –o sea, con los iniciadores de lo que hoy se ha dado en llamar al-Qaeda– que por entonces afluían hacia Afganistán, y Hekmatyar en particular parece haber desarrollado una estrecha relación con Osama Ben Laden. Aquella afluencia de fundamentalistas wahabitas y deobanditas trajo como importante consecuencia el debilitamiento de la versión tradicional sufista del Islam local.
Durante la campaña antisoviética, las fuerzas de Hekmatyar mataron cierta cantidad de personas que apoyaban a Ahmed Shah Masud, la principal amenaza para los planes de Hekmatyar –planes que contaban además con el apoyo del ISI– que consistían en dominar el Afganistán postsoviético. Después de la retirada de estos últimos, la CIA –actuando en contra de las recomendaciones del Departamento de Estado– utilizó también a Hekmatyar para impedir la constitución de un gobierno de reconciliación nacional, lo cual condujo a una guerra civil que provocó la muerte de miles de personas en los años 1990.
Desde la invasión de Estados Unidos contra Afganistán en 2001, Hekmatyar ha dirigido su propia facción de combatientes para obtener una retirada de las tropas de la OTAN, aunque parece más abierto que los talibanes en cuanto a integrarse a un gobierno de coalición dirigido por el actual presidente Hamid Karzai. En Washington, importantes funcionarios de la defensa –como Michael Vickers– todavía se refieren a la Operación Ciclón como «la acción clandestina más exitosa» en la historia de la CIA.
No parecen preocupados por el hecho que ese programa de la CIA haya contribuido a generar y a desencadenar algo como al-Qaeda –la nueva justificación postsoviética para los aumentos sin precedentes de los presupuestos de defensa– ni tampoco por haber conferido a Afganistán su actual papel de principal fuente mundial de heroína y hachís.


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FEMA: Gobierno en las sombras en Estados Unidos

Alguna gente se ha referido a la “Agencia Federal de Gestión de Emergencias” como al "gobierno oculto" de los Estados Unidos. No es un cuerpo votado, no se involucra en divulgaciones públicas, pero tiene un cuasi oculto presupuesto cifrado en billones de dólares. Esta organización dispone de más poder que el Presidente de los Estados Unidos o el Congreso; puede suspender leyes, movilizar poblaciones enteras, arrestar y detener ciudadanos sin garantía judicial, retenerlos y embargar sus bienes sin juicio previo; puede, además, controlar el abastecimiento alimentario, los sistemas de transporte y hasta suspender la Constitución.

No solamente es la entidad más poderosa de los Estados Unidos, sino que ni siquiera fue creada por ley Constitucional promulgada en el Congreso. Fue producto de una Orden Administrativa Presidencial. No, éste no es el brazo armado de los EE.UU., ni la Agencia Central de Inteligencia, que están sujetos a las decisiones del Congreso. Originalmente concebida por la Administración de Richard Nixon, fue perfeccionada durante el mandato de Jimmy Carter dandole dientes (fuerza, poder) durante los gobiernos de Ronald Reagan y George Bush.

FEMA fue originalmente creada para asegurar la supervivencia del gobierno de Estados Unidos en caso de un ataque nuclear sobre su territorio. Se le confirió también la tarea de ser un cuerpo federal de coordinación en tiempos de desastres nacionales, tales como sismos, inundaciones y huracanes. Sus facultades imponentes crecieron bajo el tutelaje de gentes como el Teniente el Coronel Oliver North y el General Richard Secord, los arquitectos de la conocida operación “Irán-Contra”, y el saqueo de las instituciones de ahorro y prestamo de EEUU. A FEMA también se le asignó el control de la Fuerzas de Defensa del Estado, a las que se les ha colgado la etiqueta neo-Nazi, ejército civil que sustituirá a la guardia Nacional, si el Cuerpo es llamado al deber en el extranjero.

LA ORGANIZACION MÁS PODEROSA EN ESTADOS UNIDOS

Aunque puede ser la organización más poderosa en los Estados Unidos, poca gente sabe que existe. Pero ha reptado en nuestras vidas privadas. Regularmente, la letra pequeña de las escrituras hipotecarias contienen referencias a FEMA, si la propiedad en cuestión está cerca de una zona inundable. FEMA estuvo muy metida en los disturbios de Los Angeles y, en 1989, durante el sismo de Loma Prieta en el Área de la Bahía de San Francisco. Parte del trafico de helicópteros negros reportado a lo largo de los Estados Unidos --principalmente en el Occidente, California, Washington, Arizona, Nuevo México, Tejas y Colorado-- son pilotados por personal de FEMA. A FEMA se le ha dado la responsabilidad en muchos nuevos desastres, incluyendo incendios en zonas de bosque urbanizadas, emergencias en calefaccion de hogares, situaciones de refugiados, disturbios urbanos, y la emergencia que se planifica para incidencias nucleares y tóxicas. En el Oeste, trabaja conjuntamente con el Sexto Ejército.

FEMA fue creada por una serie de Ordenes Administrativas. Una Orden Administrativa Presidencial --constitucional o no-- llega a ser ley simplemente por su publicación en el Registro Federal. El Congreso es sobrepasado. La Orden Ejecutiva Número 12148 creo la FEMA, está en interfase con el Departamento de Defensa para el financiamiento y la planificación de la defensa civil. Un “Zar de emergencias” fue nombrado. FEMA ha gastado únicamente el 6% de su presupuesto en emergencias nacionales. El mayor volumen de su financiamiento, se ha usado en la construcción de instalaciones subterráneas ocultas, para asegurar la continuidad del gobierno en el supuesto de una emergencia importante, extranjera o nacional. La Orden Administrativa Número 12656, nombró al Consejo Nacional de Seguridad como el principal cuerpo que debe asumir facultades de emergencia. Esto permite al gobierno aumentar la vigilancia y los trabajos de inteligencia doméstica de los ciudadanos norteamericanos, y restringir su libertad de movimiento dentro del territorio naciona y da al gobierno el poder de aislar a grandes grupos de ciudadanos. La guardia Nacional podría ser federalizada para sellar todas las fronteras, tomar el control del espacio aéreo del país y todos los puertos de entrada.

Aquí solo unas de las Ordenes Administrativas asociadas a  FEMA que puede suspender la Constitucion y la Ley de Derechos. Estas Ordenes Administrativas han estado vigentes durante aproximadamente 30 años y basta la firma del presidente en ejercicio para proceder a su inmediata ejecución: 

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 10990 permite que el gobierno asuma la dirección todos los medios de transporte y el control de carreteras y puertos de mar. 

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 10995 permite que el gobierno controle los medios de comunicación. 

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 10997 permite que el gobierno asuma la dirección toda la red eléctrica, gas, petróleo, combustibles y minerales. 

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 10998 permite que el gobierno asuma la dirección todas las granjas y recursos alimentarios. 

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 11000 permite que el gobierno movilice a la población civil en brigadas de trabajo supervisadas por él. 

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 11001 permite que el gobierno asuma la dirección de toda la salud, funciones de bienestar y educación.

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 11002 designa que la Administración General de Correos opere una inscripción nacional de todas las personas.

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 11003 permite que el gobierno asuma la dirección de todos los aeropuertos y la aeronaves, incluyendo la aviación comercial. 

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 11004 permite a la autoridad Financiera y de Vivienda para reubicar a las comunidades de las areas designadas para ser abandonadas, y establecer nuevas ubicaciones para poblaciones construyendo allí nuevas viviendas con fondos públicos.

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 11005 permite que el gobierno asuma la dirección de los ferrocarriles, vías de agua interiores e instalaciones públicas de almacenaje. 

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 11051 especifica que responsabiliza a la Oficina de Emergencia y Planificación y le da autorización para ejecutar todas las Ordenes Administrativas en tiempos de tensión internacional creciente y crisis económica o financiera.

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 11310 otorga autoridad al Departamento de Justicia para que ordene la ejecución de los planes previstos en las Ordenes Administrativas, para instituir apoyo industrial, para establecer enlace judicial y legislativo, para controlar a todos los extranjeros, para operar las instituciones penales y correccionales, y para aconsejar y ayudar el Presidente. 

LA ORDEN ADMINISTRATIVA 11049 asigna la función de preparación de emergencia a las agencias y departamentos federales, consolidando 21 Ordenes Administrativas operativas que se dictaron en un período de quince años



LA ORDEN ADMINISTRATIVA 11921 permite que la FEMA desarrolle planes para establecer el control sobre los mecanismos de producción y distribución, de fuentes de energía, jornales, sueldos, y flujo de dinero por parte de la Reserva Federal de EE.UU. ante cualquier emergencia nacional indefinida. También provee a que cuando un estado de emergencia es declarado por el Presidente, el Congreso no pueda interferir su acción durante seis meses.





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Infowars.com [el 6 de diciembre de 2011] ha recibido un documento originado de la subsidiaria de Halliburton, KBR, que provee detalles sobre el equipamiento de campos de FEMA y el ejército estadounidense a lo largo del país. Titulado “Project Overview and Anticipated Project Requirements” (descargar aquí), el documento describe los servicios que KBR está buscando arrendar a subcontratistas. La filtración fue efectuada por un empleado de gobierno que desea mantenerse en el anonimato por obvias razones.



Los servicios ofertados incluyen abastecimiento, vallas y barricadas temporales, servicios médicos y de lavado, generación eléctrica, recogida de basura, y otros servicios requeridos para campos de “emergencia” localizados en cinco regiones de los Estados Unidos.



Oferta de servicios para campos de internación surge luego de ser aprobada la NDAA


La apertura de servicios ofertados se produce poco después de que el Senado aprobara el Acta de Autorización de Defensa Nacional (NDAA), el cual permite que el ejército detenga e interrogue a presuntos sospechosos de terrorismo doméstico, violando la Cuarta Enmienda y la Posse Comitatus.

La Sección 1031 de la ley de NDAA declara a todos los Estados Unidos como un “campo de batalla” y permite que ciudadanos americanos sean arrestados en suelo estadounidense y encarcelados en la Bahía de Guantánamo.

Un conjunto de grupos de libertades civiles ha demostrado una fuerte oposición a la legislación, más remarcablemente la Liga de Ciudadanos Japoneses Americanos (JACL), la organización más grande y antigua de la nación concerniente a derechos humanos y civiles de asiáticos-americanos.

En una carta dirigida al Congreso, S. Floyd Mori, el director nacional de la JACL, dijo que es primera vez que el parlamento da marcha atrás con respecto a las protecciones entregadas por el Acta de la No-Detención de 1971. Mori dijo que la legislación, en caso de ser activada y ejecutada, sería recordativa de la detención inconstitucional indefinida que sufrieron estadounidenses de origen japonés durante la Segunda Guerra Mundial.




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