Salatul fatih

Salatul fatih
Oh Allah bendice a nuestro Maestro Muḥammad, el que abre lo que está cerrado y sella lo que le ha precedido, aquel que hace triunfar a la Verdad por la Verdad, el guía hacia el camino recto, y a su familia, conforme a lo que merece su categoría y su inmenso alcance

jueves, 11 de agosto de 2011

Los Creyentes no viven así


124,000 Profetas han venido ¿a enseñarle qué a la gente?

A dejar Dunya (este mundo) y volverse hacia Maula (la Otra Vida, con nuestro Señor). No corras tras los títulos de esta Dunya. Corre tras los títulos de Akhirat (la Otra Vida). Y sólo hay un único título en Akhirat, no dos. Uno: siervo. Servicio. Corre a obtener eso.

Tan pronto como el hombre se va de este mundo, la primera pregunta es: ‘¿es siervo de su Señor o es esvlaco del Shaytan, de dunya o del ego?’ ‘Siervo del Señor’. ‘Que pase’. ‘Esclavo de su ego’. Deténganlo aquí ahora. Y ahora empieza un largo proceso. Uf, uf, uf. Quién sabe cuántos años, cuántos miles de años puede tomar. Aún hoy para los hijos de Adán que han sido enterrados hace miles de años, el proceso continúa para tantos de ellos. Aún no se ha acabado.

Y esto nos va tocar también a nosotros. El final nos espera. Todavía no hemos acabado esta vida. Corre a que termines tu vida correctamente. 124,000 Profetas vinieron para enseñarle al hombre cómo vivir. Inyil-e-Sharif (el Evangelio auténtico), Tawrat (la Torah original), Zabur (los Salmos) y todos los otros libros que fueron enviados a los otros profetas, y el Quran-e-Karim (el Generoso Corán) con seis mil seiscientas sesenta y seis aleyas, vinieron a enseñar al hombre cómo vivir. Y toda la clave es conocerte a ti mismo y conocer a tu Señor. Conocer a tu ego, conocer dónde te va a engañar tu ego, en dónde te va a jalar a la dirección errónea.

No es decir: ‘Ahora estoy a salvo, he llegado a la salvación’. No. Aún no has llegado a la seguridad. No hemos llegado aún a la seguridad. Fíjate en la última respiración, la palabra final, el último respiro que des, cómo sale, cómo decimos esa palabra.

Esto es lo que debe ocuparnos. De otro modo, puedes hacer el Hayy (la Peregrinación a la Meca) y regresar diez veces, o puedes sentarte dentro de la Kaba, no va a cambiar nada. Sólo va a hacer que el hombre se haga más Firaún [faraónico] diciendo: “He hecho tanto de esto y he hecho eso otro. Soy importante”.

Así es, eso es lo que hoy todos corren a decir: “Soy tan importante, soy muy importante”.

Cierto, eres importante. Allah glorificado y exaltado sea te ha creado en esa forma sólo a ti. A ninguna otra criatura. Pero tu importancia viene con cuánto obedeces a Allah y a Su Profeta (saaws). Ése será el grado de nuestra importancia.

Y Allah dice: “Si no estás suplicando a tu Señor, ¿cuál crees que es tu valor? ¿Cuál es tu valor??”

“Hoy día estoy haciendo esto.”

Mañana debes volver a hacerlo [lo que hiciste por Allah]. Y el día siguiente de nuevo, y el día siguiente y así hasta la tumba.

El Santo Profeta (saaws) dice: “Para los creyentes, el hoy tiene que ser mejor que el ayer. Y el mañana tiene que ser mejor que hoy.”

Si estás cayendo en el estado de necedad, no puedes ser mejor mañana. Y no eres mejor hoy que ayer. Eres necio. Estás en Ghaflat, durmiendo.

No. Los creyentes no viven así.

Los creyentes saben exactamente qué están haciendo, por qué lo están haciendo y cuál es la intención. Deben examinar de inicio: “Hice esto y al final, el resultado, es que llegué aquí. ¿Gané o perdí? Lo hice. Gané. Gracias Ya Rabbi [Oh Señor]. Dame poder para hacerlo mejor mañana.”

Si ves que has perdido entonces ni siquiera duermas esa noche porque tienes otro día que agarrar. Has perdido ese día. No entraste al libre que dice: “Siervo del Señor.”


Vuélvete alguien valioso. Si buscas seguridad (salvación) en esta vida y en la otra, esto es con lo que debes estar ocupado. De otro modo, puedes traer, no ya mil, sino cien mil libros, no te va a ayudar.


Di: ‘Ayúdame (oh Señor)’ sinceramente y fíjate cuán rápido va a llegar la ayuda. No está lejos. Está muy cerca.

Una vez los Sahaba-e-Kiram (los Nobles Compañeros del Profeta, saaws), estaban haciendo un dua (una súplica) en voz muy alta. El Santo Profeta (saaws) fue hacia ellos y les dijo: “Ustedes no le están suplicando a alguien que esté lejos de ustedes. Él está muy cerca a ustedes. Él está más cerca a ti que tu vena yugular”.


-Sheykh Abdul Kerim Effendi (de su Jutba del 25 de Dhul Hijjah de 1427, 4 de enero de 2008).





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