Salatul fatih

Salatul fatih
Oh Allah bendice a nuestro Maestro Muḥammad, el que abre lo que está cerrado y sella lo que le ha precedido, aquel que hace triunfar a la Verdad por la Verdad, el guía hacia el camino recto, y a su familia, conforme a lo que merece su categoría y su inmenso alcance

viernes, 18 de mayo de 2012

El Paraíso

En el Nombre de Allah,
el Misericordioso, el Compasivo




EL PARAÍSO  -  Y LA GENTE DE HOY


Si vieras como es el Paraíso, no serías capaz de soportarlo.  ¿Cuántos colores tienes este mundo? ¿7?  Y todos los demás son combinaciones de ellos, ¿no?

Pues bien, no te hablo siquiera ya del Primero y más inferior de los Cielos, sino únicamente de la zona que se encuentra entre ese Cielo y esta tierra.

Si fueras capaz de ver allí, verías cómo cada día Dios, en su infinito poder creador, hace que se manifiesten allí no 7, no 70, sino 70,000 colores distintos, y ninguno es combinación de otro, sino que todos son originales, y cada día hay otros 70,000 que no son como los anteriores, y así es por cada día de la Creación.

Paraíso.  ¿Cuántas veces a la semana se ponen seriamente a pensar en el Paraíso?  ¿No piensan más bien en sus trabajos, sus problemas, sus cosas de este mundo?  ¿Cuántas horas a la semana piensas en el Paraíso?  Je.  Tú sabes la respuesta.  ¿Cómo quieres entonces que se te dé la enseñanza de cómo es el Paraíso.

¿Paraíso?  Sólo sabes por información de lecturas lo que es el Paraíso de lo que lees de los hadices.  Pero ¿cuál es tu comprensión al leerlos?

Puede que un día abras tus ojos y estés en el Paraíso, y miras y ves todo sólo un minuto, y ves algo imposible de describir.

Y vuelves al día siguiente, y miras otra vez, y dices: Me he equivocado.  Éste no debe de ser el Paraíso.  Lo que vi ayer fue muy distinto.

Pero es que cada día Dios hace que sus ángeles traigan nuevas cosas, que jamás imaginarías, de modo tal que si vuelves a abrir tus ojos en el mismo lugar, lo verías todo tan distinto, tan cambiado, y sin embargo es el mismo lugar.

Pero estoy aquí sentado, hablando de esto, y fulano aquí está pensando que si algún día se casará, y tal está pensando que ya se hace tarde y tiene que ir a dormir, y tal otro está dormitando. ¿Cómo quieres así que los shaykhs te hablen de Paraíso?

Si así es la parte que conecta con el Paraíso inferior, imagínate cómo será el Primero de los Cielos.  Y más allá.

A veces quieres que hable de eso, pero ¿cómo podrías hacerlo si andas pensando en lo que piensas siempre?  ¿Y cómo podría hablar de lo que más allá?  En cuanto a lo que hay más allá de los Cielos. Oh ohhh, ni siquiera entro a ese tema.  Olvídalo.  Ni hablar de eso.

[Todos escuchábamos en silencio]

Cuando era niño, íbamos a escuchar a Shaykh Maulana todos los días, y todos los días él congregaba a muchas personas, y daba sohbets.

¡Sohbets!

Escuchabas cosas tan asombrosas, descripciones tan extraordinarias, algo que te ponía el corazón totalmente despierto.  No había nada así.  

Y lo único que querías era que siguiera hablando, y que no acabara nunca.  Y esperabas el día siguiente con todas tus ganas, lleno de impaciencia, para volver a escucharlo, y siempre hablaba de cosas distintas.

No había nada como eso.

Pero fíjense en su sabiduría.

Un día, hace ya muchos años, cuando nadie en Europa siquiera conocía su nombre, cuando aún sólo le escuchaban en Chipre, yo era aún niño y le escuchaba con mi padre, él dijo:

Hijos míos, llegará un día en que dejaré de dar sohbets.  Me conocerán muchas personas, pero ya no daré sohbets.

Y observo a Shaykh Maulana desde hace 40 años, y ha sido tal como él ha dicho.   Él sale a hablar, pero él mismo dice que sus palabras no pueden ir más allá de la autorización que recibe.

La gente ha venido a él en masas, toda clase de gente, y toda clase de gente extraña también, con toda clase de cosas, pero él ya no hablaba las cosas que hablaba antes.

Como él mismo ha dicho: estas [de ahora] son palabras para la gente de ahora [e.d.: llenas de sabiduría y barakah, como siempre, pero para nosotros, murids de hoy, principiantes de principiantes].

Y los que le hemos seguido, sabemos cómo la situación de los murids ha variado con el tiempo. Oh ohh, cuánto ha variado.  Olvídalo.

Pero él está aún allí.  La misericordia aún está allí.

Y su sabiduría ha crecido cada vez más.

Palabras de Sheij Abdul Kerim Effendi el-Kibrisi






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