En el Nombre de Dios, el Misericordioso, el Compasivo |
Macchu Picchu, centro inca, símbolo del milenario pasado prehispano en el Perú. |
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En el derrotero de los acontecimientos por venir, existen movimientos de protesta y de crítica en los pueblos indígenas latinoamericanos. Una efervescencia quechua y aymara en curso muestra actualmente, sin embargo, señales de falta de claridad en su dirección o sus posibilidades.
Unos, prosiguen sus anhelos de pureza racial indígena, copiando criollamente para ello, de modo irónico, moldes nazistoides arios de trasnochada ocurrencia. Otros, se dirigen más bien hacia el neo-paganismo, reproduciendo la Jahiliyya en formas aún más burdas y cómicamente insostenibles, cual es la adoración de panteón de múltiples dioses, apus, estrellas, y todo cuando se mueva en la Naturaleza.
Otros, intentan recuperar el orgullo indígena y persisten en recurrir a préstamos tomados del marxismo o comunismo.
Y mientras tanto, si bien se está dando poco a poco relieve a lo que existe hoy en día de los descendientes de la nobleza incaica, no hay ni unidad, ni claridad, ni fuerza espiritual en nada de los proyectos quechuas para un futuro diferente.
Y las juventudes que provienen de los Andes, o se unen a las legiones de mediocridad universitaria, o se 'esmeran', se aculturan y se vuelven siervos activos del capitalismo en universidades 'a lo europeo', o si acaso, y quizá peor, se hacen militantes de torpes y aciagas ideologías muertas. ¡A la búsqueda del Poder! ¡A la búsqueda del Congreso! A seguir en la fila de los devorados por el engaño maligno de la democracia.
En definitiva, todas esas corrientes no hacen más que repetir errores, incurriendo a veces en el pleno y puro sinsentido (como el fascismo de la raza quechuista o el paganismo), o en ácidos y rencorosos orgullos atávicos (señal de un mal del espíritu, donde quiera que se encuentre el orgullo), y prosiguen obstinados en cerrar su vista a lo único que puede significar, a la vez, la purificación de los errores, la corrección de las herencias dañinas traídas por Europa y el Occidente, la restauración de la fitrah [la naturaleza básica no contaminada], el amor puro por la tierra y la propia lengua, y, en todo ello, y como estrato fundacional de la nueva época, una poderosa fuerza espiritual que sustente, en su conexión con lo Alto, los valles andinos.
¿Olvidaron acaso lo mejor del canto antiguo? ¿No se atreven a diferenciar el lastre del panteísmo, la pobreza y limitación del naturalismo dejado a sí mismo, y el sinsentido e inviabilidad del politeísmo, versus la señal sutil, venida de antiguo, de algo distinto, algo mayor, algo puro y primigenio?
El redescubrimiento del Inca Pachacuti, demasiado nuevo aún para su época, y la señal de que, dondequiera que haya ser humano, hay dirección hacia la Unidad.
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POEMA QUECHUA AL UNO
Extraído de: Wiracocha (Dios), pacha (mundo) y runa (hombre) en la cultura
prehispánica (incaica), de María Luisa Rivara de Tuesta, Profesora Emérita UNMSM.
[Santacruz Pachacuti Yamqui, Joan. Relaciones de antigüedades deste reyno del Perú. En Crónicas peruanas de interés indígena. Madrid, Ed. Atlas, 1968. El poema en quechua está en: I, pp. 287-288; II, 289; III, 292; IV, 294. (Biblioteca de Autores Españoles Nº 209). Versión castellana de José María Arguedas. “Poesía religiosa Inca”. En Anónimo. Ollantay. Cantos y narraciones quechuas. Lima, Patronato del Libro Peruano, 1957, pp. 59-62.]
De este célebre poema, considerado como poesía religiosa inca, es posible extraer conceptos que no solamente concuerdan con lo expresado en la tradición mítica, sino delinean con más precisión su sentido intrínseco. Se le considera como el poder de todo lo existente: hacedor de la luz y creador del hombre. Se le atribuye un poder ordenador que permite que el sol, la luna, el día, la noche, el verano, el invierno no estén libres, sino que a través de su ordenamiento lleguen a lo que se considera está ya señalado y medido por él.
Los fragmentos del poema que aluden a Wiracocha en los términos expresados anteriormente son:
¡Ah Wiraqocha, de todo lo existente el poder! / Ah Uiracochanticçicapac.
... ...
Señor, / apo
del universo / nantima
el modelador / luttacticci
... ...
Del mundo de arriba, / ananpachap,
del mundo de abajo, / hurinpachap,
del océano extendido, / cochamantarayacpa
... ...
de toda luz naciente / vilca ulcaapu
el hacedor / hinantima
... ...
Pachacamac
creador del hombre, / runavallpac
... ...
El sol, la luna, / inticaquillaca
el día, la noche, / ppunchao catutaca
el verano, el invierno / pocoyca chiraoca
no están libres, / manamyancacho
ordenados andan: / camachiscam purim
están señalados / vnanchascaman
y llegan / tupusca manmi
a lo ya medido / chayan
Como es posible observar, en estos pasajes del poema se sintetiza su definición en forma precisa como algo que se da ya acabado y cumplido en el tiempo y en la realidad objetiva. En contraste se dan otros versos que revelan lo indefinible, lo insituable y la imposibilidad de acercamiento real, visual, a Wiracocha, cuando se le inquiere:
¿Dónde estás? / maycanmicanque
¿No podría verte? / mana choricayquiman
¿En el mundo de arriba / hananpichum
o en el mundo de abajo / hurimpichum
o a un lado del mundo / quinraynimpichum
está tu poderoso trono? / capacosnoyqui
Luego han de reiterarse las preguntas con una variante de exigencia de comunicación a través del lenguaje:
¿Dónde estás? / maycanmicanque
¿Qué arguyes? / ymactan ñinqui
¡Habla ya! / rimayñi
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