Salatul fatih

Salatul fatih
Oh Allah bendice a nuestro Maestro Muḥammad, el que abre lo que está cerrado y sella lo que le ha precedido, aquel que hace triunfar a la Verdad por la Verdad, el guía hacia el camino recto, y a su familia, conforme a lo que merece su categoría y su inmenso alcance

miércoles, 19 de octubre de 2011

Quita los velos que se encuentran en tu corazón

En el Nombre de Dios,
el Misericordioso, el Compasivo






Quita los velos que se encuentran en tu corazón
Sohbet de Sheyj Abdul Kerim Effendi.


Con lo que sea que estés ocupado, es lo que vas a encontrar, es lo que el hombre puede encontrar. El Creador, Allah-swt-, nos ha dado inteligencia suficiente para entender este mundo y para comprender la Próxima Vida. Pero porque estamos tan ocupados concentrándonos solamente en esta vida, ni siquiera tenemos tiempo para pensar en la Próxima Vida.

Por esto, la gente del siglo 21 puede alcanzar la cima de la tecnología, exuberantes estilos de vida, autos lujosos, casas lujosas, lujoso esto, lujoso aquello, pero encontramos que muy pocas personas tienen paz en sus corazones y todos están preocupados.

El rico está preocupado, el pobre está preocupado, los oficiales están preocupados, los presidentes están preocupados y todos están preocupados. Están estremecidos. Sus propios temores los han tomado y ahora no tienen paz en ningún lado. Los creyentes se han vuelto así y los incrédulos se han vuelto así. Sin paz.

La paz sólo puede llegar al corazón del hombre a través de su Señor. Es la única manera de obtener paz. Si no tienes paz en tu corazón, puedes tener todos los lujos a tu alrededor, pero cuando te sientes y empieces a pensar, nuevamente no tendrás paz porque la realidad te enfrentará diciendo: “Hoy, mañana, el próximo día, el próximo año, o dentro de diez años, Azrail está esperando”.

El Ángel de la muerte espera por ti, por nosotros. Por lo tanto, eso no puede dejarte en paz porque es algo desconocido. Cuando al hombre algo le es desconocido, le causa temor.

Entonces, ¿qué debemos hacer?

Tenemos que buscar aprender eso que nos es desconocido. Es como cuando tienes un perro. Para ti puede ser un gatito, pero para un extraño, nunca se acercará a ese perro porque para él es desconocido y no sabe qué es lo que va a hacer.

De modo que la muerte es algo desconocido. Cuando empiezas a saber, cuando empiezas a darte cuenta, cuando empiezas a entender, entonces ya no es tan escalofriante. Y cuando empiezas a construir una relación con tu Creador…Todos intentan establecer relaciones entre sí, pero hoy en día la humanidad, la mayor parte de ella, se han vuelto traidores. Se están traicionando unos a otros, están traicionando el amor de unos a otros. Están traicionando la confianza entre sí por otras personas o por bagatelas.

Así que ese es otro problema para el hombre del siglo 21 porque no hay paz. No hay paz porque ya nadie confía realmente en el otro. No hay confianza. La confianza se ha ido.

Así es que estamos observando, yendo alrededor del mundo, observando cómo se comporta la gente, cómo están viviendo. Y quienes son creyentes, los estamos observando, ellos están inmersos en sus propios problemas, están peleando y discutiendo entre sí, una vez más, por beneficios mundanos. De esta forma, este mundo nos convierte en enemigos unos de otros. Si no sabemos dónde se encuentran nuestros límites entonces podemos convertirnos en enemigos.

Si sabemos dónde se encuentran nuestros límites entonces será diferente. El mejor conocimiento para el hombre es conocer sus límites.  El mejor conocimiento para el hombre es saber dónde termina su conocimiento, hasta dónde llega su límite. Ese es su conocimiento. Y tú necesitas de eso. El hombre necesita de eso.

Cuando lo sabes, Allah nos dice: “Si vives con el conocimiento que tienes, entonces te enseñaré el conocimiento que desconoces”. Por lo tanto, si vivimos de acuerdo al conocimiento, al conocimiento mundano que hemos aprendido aquí, y vivimos correctamente con él, entonces nuestro Señor nos va a enseñar algo a través de nuestro corazón si es necesario, o, si es necesario, a través del entrenamiento de otra persona, y encontraremos nuestro camino. Encontraremos esa paz que nuestro Señor está enviando.

Él nos ha creado. Él nos ama y continuamente nos está dando todo pero nosotros no estamos respondiendo ante ese amor. Responder a ese amor es, por lo menos, sentarte cinco minutos por día y decir: “¡Oh mi Señor! Tú me estás mirando, Tú me estás viendo y yo no te estoy viendo. Tú me amas, y yo también te amo”. Por lo menos di eso. es lo mínimo.

Así es que cuanto más el amor del Creador empieza a tomar tu corazón, todo falso amor se retira. Entonces serás capaz de construir, primero, mejores amistades con las personas que a través de sus corazones están conectadas con el Señor. Luego, cuando hayas construido conexiones con ellas, serás capaz de entender a quienes no tienen conexión. Entonces serás capaz de llegar a ellos porque ya no estarás buscando ganar algo. Estarás buscando dar.

Hoy día en el mundo muy poca gente está buscando dar. La humanidad sólo busca tomar, tomar y tomar. Cuando también empiezas a aprender cómo dar, una paz diferente y un amor diferente comienzan a llegar a tu corazón, porque nuestro Señor está dando continuamente. Él está dando a los creyentes y está dando a los incrédulos, dando a quienes Lo aceptan y dando a quienes no Lo aceptan, dando a quienes Lo están adorando y dando a quienes Lo están maldiciendo.

Él está dando continuamente. Él no hace distinciones. Cuando cada mañana sale el sol, su luz llega a todos los hogares. No importa si la gente en la casa es creyente o incrédula. El sol no hace distinciones. Llega al hogar de todos.

Piensa, piensa. Cuando tenemos algo que es tan precioso en nuestras manos, algo que es de mucho valor y no estamos reconociendo qué es lo que poseemos…y cuando desconocemos el valor, entonces empezamos a correr. Corremos, no porque es lo que queremos, sino porque miramos a los demás y decimos: “Oh, este está corriendo; déjame correr allí, déjame hacer esto, déjame hacer aquello”.

Pero cuando empiezas a conocer para qué has sido creado y cuando empiezas a entender el valor de lo que Allah te está dando, entonces serás capaz de empezar a ser agradecido con el Señor de los Cielos, y cuando Le eres agradecido, Él aumentará Sus favores.

No se trata de cuanto trabajas ni cuán inteligente eres, o cuanto vas a obtener. No. Él debe darle apertura. Si Él le da apertura entonces empieza a llegarte desde el cielo y desde bajo tus pies. Si Él no le da apertura, tú corres, corres, corres, corres, utilizas cada truco, en estos días todo pensamiento malvado, esto y aquello, cómo vas a engañar a los demás, todo llega a tus manos y antes de que lo toques, empieza nuevamente a esfumarse desde derecha e izquierda.

Ya no llegan bendiciones con nada de lo que las personas tienen. No pueden comer como es debido, no pueden dormir como es debido, no pueden disfrutar, nada. Tú lo sabes porque de algún modo tenemos personas alrededor de nuestras propias familias que se encuentran en esa clase de situación.



Y sheytán, el malvado, no permite que la Humanidad descienda en postración, porque cuando un hombre se postra demuestra su debilidad. Y cuando demuestras tu debilidad a tu Señor, Allah dice: “Apoyen a ese”. Allah le dice a Sus ángeles: “Apoyen a ese. Ese está aceptando su debilidad. Apóyenlo”. De esta forma, cuando el apoyo empieza a llegarte, sabrás que aunque eres débil puedes ser el más poderoso en este mundo, y, por lo tanto, bajarás nuevamente en postración.

Cuando proviene del poder del Señor Allah –swt-, tu poder y nuestro poder son nada. Si Él no lo permite ( el Sheyj inhala profundamente), el aire no llega y tu mueres. Es tan fácil. Hoy en día las personas están pensando tantas cosas, pero si Él no lo permite, si Él dice “No permitas al aire ingresar”, tú no podrás respirar. Él es el Soberano Supremo. Él tiene la autoridad sobre todo lo que Ha creado. Y si él no nos permite (el Sheyj exhala rápidamente) exhalar ese aire, morimos.

Por lo tanto en realidad somos prisioneros entre dos alientos. Si Él no dice: “Adentro”, no ingresa, y si Él no dice “Fuera”, no sale. Así que estamos tan cerca de eso, sin embargo nos estamos alejando.

En vez de alejarnos debemos intentar aprender. Cuando empecemos a aprender viviremos correctamente en este mundo, con lo que sea que se nos haya dado de vida. No puedes tomar ni un aliento de más, ni uno de menos. No se trata de cuantos años vives, ni cuan enfermo estás, ni cuán saludable estás. No. Sino cuantos alientos de aire han sido asignados para ti: eso es lo que vas a tomar.

……………………………………………………………………………………

Al comenzar dijimos que no sabemos cómo vivir en este mundo. Así es. No sabemos cómo vivir en este mundo porque la humanidad está gastando su energía en tantos sitios diferentes que en vez de tomar un aliento, se están tomando diez. De esta forma están acortando sus vidas. Si se te ha asignado que hoy respirarás 40.000 veces, y en cambio lo haces 80.000 veces, entonces perdiste tu mañana. El mañana se ha ido. Hoy ya has acabado tu vida de mañana. Así se acorta la vida. La vida se vuelve más corta. Esto es un conocimiento. Este conocimiento no se encuentra en cualquier libro. Este conocimiento proviene de la Presencia Divina hacia los corazones que están abiertos.

Si el corazón está abierto, adonde sea que miren, ellos ven y pueden comprender gracias a la conexión entre el corazón y la Presencia Divina.

Por lo tanto, luego del aprendizaje acerca de la muerte y lo que nos espera, hay tantas otras cosas que aprender. Y luego, quien sabe, tal vez mientras estás sentado en este mundo también puedas ver el Paraíso. Así que primero tenemos que aprender cómo vivir. Luego debemos ser siervos de nuestro Señor y empezar a adorarlo adecuadamente. De la forma en que Él quiere que lo adoremos. Una vez más, todo esto es para nosotros, para nuestro progreso.

Para que un hombre sea abogado debe ir a la universidad. No puedes convertirte en abogado sin ir a la universidad, y decir al día siguiente “soy abogado” o “soy doctor”. Debes ir, tienes que entrenarte durante años para ser capaz de hacer ese trabajo. Aquí hay otro secreto que nos es dado por Allah. Todo lo que se encuentra en esta cabeza, los ojos, oídos, nariz, aliento, sentimientos, todo está aquí, en esta parte. Por lo tanto, cuando esos velos sean retirados, serás capaz de ver cosas que no son ordinarias, no son normales ni mundanas. Pero eso requiere trabajo. Tienes que trabajar un poco, y ese no es el trabajo del dunya, como tampoco puedes comprarlo con dinero ni con fama ni diciendo “soy esto” o “soy aquello”.

Puedes ser presidente, eso no importa. Puedes ser rey, eso no importa. Tienes que seguir a quienes ya están conectados con la Presencia Divina. Tienes que hacer lo que ellos te dicen para ser capaz de quitar los velos que cubren tu corazón.

De otra manera, si un hombre sigue a su ego, no seguirá a su Señor, porque el ego es el enemigo del Señor. Allah creó al ego y se volvió desobediente. Luego Él creó al espíritu desde Sí mismo. El espíritu que está en ti proviene del Señor de los Cielos. Por esto los cristianos fueron un paso más allá, incorrectamente, diciendo “Jesús es Dios”.

Él es un hombre. ¿Sagrado? Sí. Tú también eres sagrado. Ese espíritu que se te ha dado es muy sagrado. No es tuyo. Proviene del Señor de los Cielos y está haciendo tus actividades. En cuanto ese espíritu se retira de tu cuerpo, ya no te mueves más. Tómalo (el cuerpo), arrójalo a un hoyo y ciérralo rápidamente. El espíritu está dando vida, y el espíritu la mantiene fresca y con buen aroma. En cuanto el espíritu se retira la suciedad del ego empieza a manifestarse. Así que no puedes tener eso cerca. Tienes que enterrarlo en el interior de la tierra.

Por lo tanto, Allah-swt- ha creado al hombre sólo para que Lo conozca y Lo adore, diciendo: “He creado a los seres humanos y a los genios solamente para que Me conozcan y Me adoren”.

Sin embargo, hoy en día, la gente del siglo 21 ha construido una gigantesca maquinaria que los está devorando a todos y nadie sabe realmente cómo salir de ella. La única manera de salir de allí es con un estilo de vida sencillo. 

Si estás viviendo sencillamente, una vida sencilla, y si anulas tus tarjetas de crédito y las arrojas a la basura, vas a ser capaz de vivir sencillamente porque no irás gastando dinero sin parar y luego preocupándote en cómo vas a pagar tus deudas.

Pero el hombre siempre espera algo, pensando que es bueno para él. Sin embargo hay cosas que no son buenas para nosotros. En estos días, en este mundo, es mejor llevar un estilo de vida sencillo. Debemos tener lo que sea necesario para vivir y no tener tanto por lo que preocuparnos. No te preocupes demasiado. Aquí hemos llenado nuestros estómagos, hemos comido, hemos terminado, tenemos ahora una protección sobre nuestras cabezas, y Allah es Kerim para mañana. Allah es el Generoso para mañana.

Preparamos nuestros planes, pero si ellos no se ajustan a Sus planes, entonces no van a funcionar. Así que también tenemos que saber cómo corregir nuestros planes y cómo vivir para Él, no para nuestro ego y no para este dunya. Tú ya no puedes aprender eso en iglesias, en mezquitas, en sinagogas, ni en esa clase de sitios. Esos sitios sólo están allí para la adoración. En estos días ya ni siquiera para eso. La gente sólo va a allí para mostrarse. Todos esos sitios de adoración, no importa como lo llames, mezquitas, iglesias, esto y aquello, la gente se encuentra allí, no para adorar, sino para engañarse a sí misma durante una vez al día, o dos veces al día, o una vez a la semana, o dos, o tres veces a la semana.

Estamos en necesidad de nuestro Señor todos los días, a toda hora y a cada minuto. Él no nos necesita, pero nosotros estamos en necesidad de Él. Y cada día debemos buscar reforzar esa relación con nuestro Señor con cadenas fuertes. De esta forma no seremos quebrados. Una vez que aprendes, una vez que sabes que estás en necesidad de Él, te prepararás a ti mismo para tener una mejor relación y te vincularás con tu Señor con más fuerza.

(…)

Murids que viven en la dergah de Sheij Abdul Kerim Effendi,
en las montañas de Nueva York


Por lo tanto, insha’Allah ar-Rahman, lentamente pero con seguridad, vamos a aprender cómo vivir, cómo conectarnos a nosotros mismos con nuestro Señor, insha’Allah, antes de partir de esta vida, de este cuerpo. Y eso es lo que necesitamos, conectarnos a nosotros mismos con nuestro Señor, el Señor de los Cielos, antes de partir de este cuerpo. Pero debemos esforzarnos en no terminar antes de partir sino más tempranamente para poder llegar a los demás.

Debes llegar a las personas que amas. Porque una vez que sabes qué es lo que sucede, entonces serás capaz con mayor facilidad de hacer conexiones con los demás. Pero si no lo sabes, entonces no puedes decir nada. No te es permitido decir nada.

Por lo tanto, primero tenemos que encontrar la manera de ser capaces de llegar a los demás.

Wa min Allah Tawfiq.





Traducido por la dergah osmanli nakshibendi de Argentina.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario