Citas del libro de Michael Talbot: Más Allá de la Teoría Cuántica, capítulo 4 (¿qué es la conciencia y dónde está?):
Cuando yo era adolescente, tuve una noche un sueño inusitadamente vívido. Al empezar, me encontré flotando sobre mi cuerpo y mirándome a mí mismo dormido en la cama. La experiencia era desconcertante, porque todo lo que había en el sueño, mis percepciones de mí mismo todavía en la camay de los familiares muebles y cosas de mi dormitorio parecían espectralmente reales. De cualquier manera, seguí convencido de que era un sueño y me dispuse a disfrutar de mi flamante libertad.
Salí flotando ingrávido de mi dormitorio y pasé a la sala, siempre maravillándome de que todas las cosas de la casa parecieran idénticas a como las conocía en mi estado de vigilia. No había distorsión espacial en el tamaño de los cuartos. Todos los objetos y los muebles conocidos estaban allí. Nada cambiaba o fluía en estado líquido hacia algo distinto, como tienden a hacer las cosas en la mayoría de los sueños normales ...
... comprobé que iba directamente hacia una gran ventana al exterior con la cual chocaría. Pero antes de que tuviera tiempo de asustarme, pasé a través de ella ... Continué un trecho, mirando hacia abajo, donde veía el paso húmedo de rocío pasar debajo de mí como la superficie de alguna extraña luna, hasta que de pronto, posado en el pasto, vi un libro.
Floté lo bastante cerca como para ver su título y vi que era un volumen de cuentos del autor francés Guy de Maupassant, del siglo XIX. Tenía conciencia de quién era Maupassant, pero él no ocupaba en mi vida ni en mis intereses un lugar tan importante como para que su aparición en sueños tuviera algún sentido. Tomé ese hecho como prueba positiva de que estaba soñañdo, porque allí estaba por fin, en el paisaje, esa cosa absurda que uno llega a esperar en tales visiones nocturnas ...
Al día siguiente estaba en camino a la escuela cuando me detuvo una vecina. Me dijo que había estado caminando por los bosques cercanos a mi casa y creía que durante esa excursión podía haber perdido accidentalmente un libro. Me explicó que era un volumen de cuentos de Guy de Maupassant y me preguntó si lo había visto. Asombrado, le relaté mi experiencia de la noche anterior, y juntos caminamos hasta el lugar donde yo había visto el libro en sueños. Y allí estaba, posado en el pasto tal como lo había visto mientras flotaba perezosamente.
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En un estudio efectuado en 1982, el psiquiatra Fowler Jones, de la Universidad de Kansas, preguntó a 420 personas elegidas al azar si habían tenido alguna experiencia fuera del cuerpo, y 339 contestaron que así había sido [Tom Kovach: "Out-of-Body Survey", Omni 4, Nº 11, agosto de 1982, pag. 94]
Jones pone de relieve que las EFC [experiencias fuera del cuerpo] son experimentadas por personas normales, saludables e inteligentes. No cree que se trate de meros sueños. Si lo fueran, agrega, resultaría imposible explicar por qué tantos hechos presenciados durante uan EFC resultan ser reales. En el curso de su estudio Jones entrevistó a un hombre cuya mente abandonó su cuerpo y viajó a un lugar donde varias personas estaban planeando su asesinato. Después de que su mente hubiera retornado al cuerpo, el hombre se enfrentó con uno de los complotados, una mujer, y la hizo admitir el plan.
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En Recollections of Death, libro que publicó en 1982, Sabom [Michael B. Sabom, cardiólogo y profesor de medicina de la Universidad Emory, que realizó un estudio sobre las EFC] concluye: "Si el cerebro humano está realmente compuesto por dos elementos fundamentales -la 'mente' y el 'cerebro'- ¿podría la crisis que se experimenta cerca de la muerte desencadenar de alguna manera, enn muchos individuos, un distanciamiento transitorio entre la mente y el cerebro? (...) Mis propias creencias acerca de esta cuestión se inclinan en ese sentido. Se trata de que, simplemente, la hipótesis de la experiencia fuera del cuerpo es lo que mejor se ajusta a los datos disponibles" [p. 183-184 de su libro].
... En su libro Star Wave: Mind, Consciousness, and Quantum Physics, el físico Fred Alan Wolf sostiene que "la mente no será encontrada en ningún modelo físico de nuestro cerebro material" [Star Wave: Mind, Consciousness, and Quantum Physics, Nueva York, Macmillan, 1984, p. 134] Wolf cree que la materia última de la conciencia se encuentra en el mundo espectral e incorpóreo del cuanto mismo. En vista de que hoy existen convincentes pruebas de que ese mundo [el mundo de las partículas cuánticas, subatómicas] es no local, bien puede ser que la conciencia, tal como el cuanto, no posea absolutamente ninguna localización única y precisa. A veces parece estar dentro de nuestras cabezas. Otras veces, por el camino de la cualidad infinitamente interconectada del paisaje cuántico, parece revolotear sobre un ejemplar extraviado de cuentos de Maupassant. Pero lo cierto es que nunca "va" a ninguna parte. Simplemente tiene acceso a cualquier perspectiva que desee en el universo por el camino del reino no local desde donde opera.
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