Salatul fatih

Salatul fatih
Oh Allah bendice a nuestro Maestro Muḥammad, el que abre lo que está cerrado y sella lo que le ha precedido, aquel que hace triunfar a la Verdad por la Verdad, el guía hacia el camino recto, y a su familia, conforme a lo que merece su categoría y su inmenso alcance

lunes, 30 de junio de 2014

Fana y Baqa o la verdadera Muerte y la verdadera Resurrección

En el Nombre de Allah,
el Misericordioso, el Compasivo



FANA Y BAQA O LA VERDADERA MUERTE Y LA VERDADERA RESURRECCIÓN

Bismillahi Rahmani Rahim

Uno de los murids (discípulos) de Khwaja Baqibillah, que Allah santifique su secreto, le preguntó acerca de los significados de los terminus sufis ‘fana’ [aniquilación en Dios] y ‘baqa’ [subsistencia en Dios].

El Shaykh [el Maestro] le dijo: "Cuando muera, pregúntale esto a la persona que recite mi oración fúnebre."

El Shaykh dejó una condición: que solo una persona que jamás hubiera perdido una sola oración de tahajjud en su vida (la oración que se realiza antes de la madrugada) podía conducir su oración fúnebre (salat de janazah). 

Cuando se leyó esta condición en su funeral, todos bajaron sus cabezas y nadie se atrevió a adelantarse para conducir su salat de janazah.

Finalmente, un hombre, con el rostro envuelto en un velo, se adelantó y condujo la oración.  

Tras concluir la oración, el discípulo recordó la respuesta de su Shaykh, corrió hacia el hombre velado y le agarró del brazo.

"Mi Shaykh pidió preguntarte qué es fana y qué es baqa", le dijo.

Al oír esto, el hombre retiró el velo de su rostro.

Era el mismísimo Khwaja Baqibillah.

"El hombre por quien acabas de rezar es fana", le dijo "y lo que ves ante ti eso es baqa".


* * *


El secreto espiritual de Khwaja Baqibillah, vigésimo cuarto maestro de la Cadena Dorada, fue recibido por él de su Shaykh Kwhaja Amkanaki as Samarqandi, y lo heredó a su sucesor, el Imam Ahmad Faruqi Sirhindi (qs), de quien se ha continuado transmitiendo a través de la Cadena Dorada de los siervos de Allah en la Nación de Muhammad, la bendición y la paz de Dios sean sobre él.

El cuerpo físico de Khwaja Baqibillah (qs) se encuentra en una tumba que es su lugar de descanso.

Esta muerte al mundo estando en vida, conforme al extraordinario dicho del Profeta del Islam: “muere antes de morir”, y esta subsistencia por Dios tras la sumisión absoluta, son justamente: la verdadera muerte y la verdadera resurrección.

Dos tesoros del Islam.

Sayyidina ‘Isa (as), nuestro bendito Maestro Jesús, la paz sea con él, no transitó sino las estaciones extraordinarias de la entrega a Allah.


* * *


Enseñó Sheykh Abdul Kerim Effendi Hz., que ‘Isa (as) (Jesús, la paz sea con él) vino a traer a los Banu Israel [a los Hijos de Israel] el tasawwuf (sufismo) que completaba la Shariah de Musa [la Legislación Divina revelada a  Moisés].

En otras palabras: vino con el Espíritu de la Ley tras el envío de la Ley. 

Pues toda revelación a los Profetas se compone siempre de shariah y tasawwuf, de Ley y Espíritu.

Pero su legado fue incomprendido y palabras de elevado significado espiritual pasaron a ser entendidas o bien de un modo groseramente literal o bien fueron asimiladas y/o amplificadas o modificadas conforme a las ideas paganas o literalistas del ambiente.

De esta bendita enseñanza se derivan asuntos fundamentales.

La verdadera muerte, más profunda, difícil y radicalmente ontológica que la de un simple cuerpo de por sí mortal, se entendió vulgarmente como muerte, inanición y expiración del cuerpo.

El sacrificio se entendió literalmente como sangrado del cuerpo bajo latigazos físicos, sed y desecación, clavos en carne abierta y espinas punzantes.

La gloria del siervo que recibe un manto de honor beatífico e indescriptible en la Presencia Totalizante de Dios, que ni los ángeles mismos conocen ni conciben, el abrazo de un amante extinguido, pulverizado y revivificado gloriosamente en unión con su Señor, la plenitud de unidad de amor con el Uno Eterno y Amado sin shikr (asociación) ni hulul (encarnación), sin confusión, sin mezcla y sin usurpación, la gloria teofánica que rodea a quien es en adelante verdadero Representante de Dios (Khaliphatullah), se entendió como la resurrección corporal por la cual sin embargo todo ser humano, digno o transgresor, creyente o incrédulo, deberá pasar en el Día del Juicio. 

Y la comunión, la irradiación del espíritu que se ha convertido en fuente para los sedientos y alimento para el alma, la rabitah o nexo de espíritu a espíritu que está más allá de la muerte física inclusive, fana fi shaykh o la aniquilación espiritual en el Maestro, se acabó convirtiendo en un acto tan impropio por decir lo menos como la ingesta de pretendida verdadera carne y la bebida de pretendida verdadera sangre, un acto de vampirismo o antropofagia que se entiende lleva a la exaltación espiritual.

Qué lejos está de todo ello la muerte antes de morir y la recepción del amante en el Misterio Divino.  

Qué lejos del tasawwuf que correspondía a la shariah fuertemente unitarista del legado Musawi.

Algo se quebró de raíz con dicha profanación.

No obstante, con el Islam se recupera la Revelación Integral.

Shariah y Tasawwuf.

La verdadera muerte y la verdadera resurrección.




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