Hoy muchos buscan conocer, y se adentran en erudición, recogiendo a partir de fuentes de todo tipo, procesadas únicamente por cada uno. Pero el conocimiento no llega ni con lecturas, ni con prácticas piadosas, ni con los años ni con los días, salvo que haya, ante todo y por sobre todo, adab y humildad.
Frecuentemente el orgulloso se disfraza hasta a sí mismo de humilde en sus declaraciones, y no es más que cuando le dicen a tal persona: "¡Besa las manos y sigue a un hombre puro de Allah!" que su vestimenta se desgarra y aparece el orgullo del nafs que pretende, de hecho, conocer sin haber siquiera conocido el alcance de su error espiritual.
Hay, por tanto, quien llega al conocimiento, o a sus puertas iniciales, con rapidez, humildemente a los pies de uno de los siervos puros de Allah, y hay quien engrosa su nafs por años y años de 'autodidacta' devanear consigo mismo, insistiendo en la innovación quizá más dolorosa del Islam en esta época: no te comprometas, construye una muralla que imponga una distancia, y si respetas y admiras, respeta pero no sigas, admira pero no declares; síguete a ti mismo (a tu propio estado de incertidumbre y ceguera respecto a ti) hasta el final.
¿Y cómo encontrar al siervo de Allah?
Quien se dice a si mismo: no hay (sea que diga: hubo antes pero hoy no, o bien, simplemente no hay, o que diga de ellos: aunque los haya, no tengo de ellos necesidad), ése jamás encontrará.
Y quien siga como pistas las huellas y dichos del Rasulullah -saaws-, ansioso en su corazón por encontrar tal hombre puro que le libre del devaneo consigo mismo, temeroso de su propio nafs, urgido por la certidumbre de la eventual inminencia de Azrail (as) insha'Allah encontrará.
Pues siempre hay, al menos, 40 de ellos -hadiz del Rasulullah, saaws, que incluso Ibn Taymiyya aceptó, y es parte de los hechos reconocidos a lo largo de los siglos por abundantes ulama-, al menos 40 sinceros en la Ummah, aferrados al Libro y al Mensajero -saaws- que son las fuentes frescas de quienes beber, o los guías hacia el Océano traído por el Rasulullah -saaws-.
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Así enseñó alguien dotado de conocimiento cierto, aceptado entre los ulama y awliya, entre los eruditos y las gentes comunes, amado por los sinceros y guía luminosa en el Siratal Mustaqim:
"Si alguien desea éxito, debe convertirse en un pedazo de tierra bajo los pies de los Shaykhs ...
¡Oh todos ustedes, gentes de este mundo, cuán grande es su necesidad de escuchar estas palabras!
¡Cuán grande es su necesidad, oh ascetas de la ignorancia, de escuchar estas palabras!
La mayor parte de los ascetas adoradores (de Allah) son siervos de las criaturas, asociándolas con Allah"
"Cuando la compañía del buscador con el Shaykh se ha vuelto firme, el Shaykh le alimentará y nutrirá desde su corazón con el alimento y la bebida del conocimiento".
"Si vienes hacia mi pero no pones mis enseñanzas en práctica sólo serás una molestia para la audiencia. Mientras estás en tu tienda, continúas pensando en tu negocio que decae, y cuando vienes a mi es sólo para darte confort a ti mismo"
"Adherirse a lo que digo es un signo de fe y escaparse de lo que digo es un signo de hipocresía"
"Nadie escapa del filo de mis palabras salvo aquel que es un hipócrita, un impostor, un estafador, un seguidor de su pasión, uno que es obediente a su bajo ser, uno que está en contradicción con el Libro de Allah ('Azza wa jall) y de la Sunna del Mensajero de Allah (sallallahu ta'ala 'alayhi wa sallam), alguien que odia la verdad, un amante de la falsedad, alguien que no toma ningún paso que le acerque a su Dueño ('Azza wa jall).
¡Oh joven! escucha y observa con tu corazón sin dudas, y mira las maravillas que verás. Quítate tus dudas sobre la Gente de Allah"
Palabras de Shaykh Abdalqadir al Jilani -qs-, en la compilación 'Sobre el buen comportamiento en la compañía de los Shaykhs', del libro Jila'al Khatir, Purificación de la Mente, compilado de las palabras de Shaykh al Jilani por Shaykh Muhammad al Casnazani al Husseini. Adam Publishers, New Delhi, 2008.
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