Salatul fatih

Salatul fatih
Oh Allah bendice a nuestro Maestro Muḥammad, el que abre lo que está cerrado y sella lo que le ha precedido, aquel que hace triunfar a la Verdad por la Verdad, el guía hacia el camino recto, y a su familia, conforme a lo que merece su categoría y su inmenso alcance

lunes, 24 de septiembre de 2012

Cartas del Profeta del Islam a los Cristianos

En el Nombre de Allah,
el Misericordioso, el Compasivo





LAS CARTAS DEL PROFETA MUHAMMAD A LOS CRISTIANOS

Carta a los Monjes del Monasterio de Santa Catalina.

En el año 628 d.C., el Profeta Muhammad (pbuh) concedió una Carta de Privilegios a los monjes del Monasterio de Santa Catalina, en el Monte Sinaí. Consistía en varias cláusulas que cubrían todos los aspectos de los derechos humanos, incluyendo asuntos como la protección de los cristianos, la libertad religiosa y de movimiento, la libertad para designar sus propios jueces y para poseer y conservar sus propiedades, la exención del servicio militar y el derecho a ser protegidos durante la guerra.
Se ofrece aquí una traducción de su versión en inglés de ese documento:

“Éste es un mensaje de Muhammad ibn Abdullah, [para que sea] un pacto con aquellos que adopten el cristianismo, [los] cercanos y [los] lejanos. Estamos con ellos.
“Doy fe de que los sirvientes, los ayudantes y mis seguidores [los] defienden, ya que los cristianos son mis ciudadanos y, ¡por Allah!, resistiré contra cualquier cosa que les perturbe. No se ha de ejercer ninguna coacción sobre ellos. Ni se debe apartar a sus jueces de sus funciones, ni a sus monjes de sus monasterios. Nadie debe destruir un edificio de su religión, ni dañarlo, ni llevarse nada de él a las casas de los musulmanes. Si alguien se llevara algo de eso, estaría vulnerando el pacto de Dios y desobedeciendo a su Profeta. Ciertamente, ellos son mis aliados, y tienen asegurado mi fuero contra todo aquello que odian. Nadie debe forzarlos a viajar ni obligarlos a huir. Los Musulmanes deben luchar por ellos. El que una cristiana se case con un musulmán no puede suceder sin el consentimiento de ella. No se le debe impedir visitar su iglesia para rezar.
Sus iglesias deben ser respetadas. No se les debe impedir repararlas; ni [se debe despojarles de] sus pactos [sagrados]. Nadie de la nación (los musulmanes) debe desobedecer el pacto, hasta el Último Día (fin del mundo).”

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Una Carta del Profeta Muhammad A Los Cristianos Asirios

“Dios me ha dicho lo que hay que hacer en una visión, y yo confirmo Su orden, prometiendo solemnemente mantener este pacto.

“A los seguidores del Islam, les digo: Llevad a cabo mi orden, proteged y ayudad a la nación nazarena en este nuestro país, en su propia tierra. Dejad en paz sus lugares de adoración; ayudad y asistid a su jefe y a sus sacerdotes cuando necesiten ayuda, sea ello en las montañas, en el desierto, en el mar, o en casa. Dejad estar todas sus posesiones, sean casas u otras propiedades, no destruyáis nada de lo que les pertenece. Los seguidores del Islam no deben dañar ni molestar a nadie de esta nación, ya que los nazarenos son mis súbditos, me pagan tributos, y van a ayudar a los musulmanes. No se les debe cobrar otro tributo más que el que haya sido acordado, los edificios de sus iglesias deben permanecer como están, no deben ser alterados, a sus sacerdotes se les debe permitir enseñar y adorar en su forma propia: los nazarenos tienen plena libertad de adoración en sus iglesias y hogares. Ninguna de sus iglesias debe ser derribada, ni convertida en mezquita, más que con el [libre] consentimiento [y] voluntad de los nazarenos. Si alguien desobedece esta orden, la ira de Dios y de Su Profeta caerá sobre él.

“El tributo pagado por los nazarenos debe usarse para promover las enseñanzas del Islam, debiendo depositarse en el erario de Bait ul Mal [el Tesoro Público]. Un hombre común debe pagar un dinar (moneda), mientras que los mercaderes y la gente que posee minas de oro y plata, y son ricos, deben pagar doce dinares. A los extranjeros y las personas que no tengan casas u otra propiedad establecida, no se les recaudarán impuestos.
Si un hombre hereda una propiedad, debe pagar la suma establecida al tesoro Baitulmal. Los cristianos no están obligados a ir a la guerra contra los enemigos del Islam; en cambio, si un enemigo ataca a los cristianos, los Musulmanes no deben denegar su ayuda, sino darles caballos y armas, en caso de que los necesiten, así como protegerlos de los males que vengan del exterior, y mantener la paz con ellos. Los cristianos no están obligados a convertirse en Musulmanes, hasta que la voluntad de Dios los vuelva creyentes.
“Los Musulmanes no obligarán a las mujeres cristianas a aceptar el Islam, en cambio, si ellas mismas desean abrazarlo, los Musulmanes deberán ser gentiles con ellas.
“Si una mujer cristiana está casada con un Musulmán, y no desea abrazar el Islam, tiene libertad para adorar en su propia iglesia, según su propia creencia religiosa, y su marido no debe tratarla rudamente a causa de su religión. Si alguien desobedece esta orden, desobedece a Dios y su Profeta, y será culpable de un gran delito.
“Si los nazarenos desean construir una iglesia, sus vecinos Musulmanes les ayudarán. Esto debe ser llevado a cabo, ya que los cristianos nos han obedecido, y han venido a nosotros, y han suplicado paz y misericordia.
“Si entre los cristianos hay un gran hombre erudito, los Musulmanes lo honrarán, y no envidiarán su grandeza.
“Cualquiera que sea injusto y rudo con los cristianos será culpable de desobedecer al Profeta de Dios.
“Los cristianos no deben dar refugio a un enemigo del Islam, ni darle caballos, armas, ni ninguna otra ayuda. Si un Musulmán lo necesita, los cristianos deben ser sus anfitriones durante tres días y tres noches, y protegerlo de sus enemigos. Además, los cristianos protegerán a las mujeres y niños Mahometanos, sin entregarlos al enemigo ni exponerlos a la vista. Si los nazarenos incumplen estas condiciones, han perdido el derecho a protección, y el acuerdo será nulo y sin contenido.
“Este documento será confiando al jefe de los cristianos, y cabeza de su iglesia, para que lo guarde en lugar seguro.”
¡La paz de Dios sea sobre todos ellos! Este acuerdo ha sido redactado por Moavijah Ben Sofian, según los dictados de Muhammad, el Mensajero de Dios, en el 4o año de la Hegira, en la ciudad de Medina.
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Agradecemos la traducción de Maryam Nur publicada en el foro rabbani.

1 comentario:

  1. buen blog, gracias por el esfuerzo que hacen de sus publicaciones... este articulo me interesa mucho.

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