Salatul fatih

Salatul fatih
Oh Allah bendice a nuestro Maestro Muḥammad, el que abre lo que está cerrado y sella lo que le ha precedido, aquel que hace triunfar a la Verdad por la Verdad, el guía hacia el camino recto, y a su familia, conforme a lo que merece su categoría y su inmenso alcance

domingo, 14 de octubre de 2012

La autorización para enseñar en el Islam

En el Nombre de Allah,
el Misericordioso, el Compasivo




EL CONOCIMIENTO, LA ERUDICIÓN, Y LA AUTORIZACIÓN PARA ENSEÑAR


Audhubillahi min ash shaytanir rajim. Bismillahi Rahmani Rahim.

Madad ya Sayyidi, Sultan al Awliya. Madad,

Pedimos apoyo de nuestro shayh para que  nos envíe algo para hablar que beneficiará a todos y cada uno de nosotros insha’Allah Ar-Rahman.

El conocimiento no es cuanto sabes, sino cuanto tomas del conocimiento que conoces y aplicas a tu vida.  Eso es aquello a lo que tienes que correr.  Hay tantos que están leyendo y escribiendo tantas cosas, se comen tantos libros, pero cuando miras a su modo de vida, nada está cambiando. Eso no es conocimiento.  No es un conocimiento que te va a dar un beneficio [espiritual].

Puede que dé un beneficio a otra gente, de lo que tú dices; ellos pueden tomar eso y pueden aplicarlo a sus vidas y pueden cambiar su modo de vida, pero no es algo que te va a ayudar.  Así que serás como una vela, conduciendo y dando luz a todos, pero se está quemando a sí misma y está desapareciendo.

Así que su eres una vela, lo que significa eso es que te has convertido en una individualidad, es decir, te has separado a ti mismo en ese momento de la verdadera fuente de la que viene, te has desconectado a ti mismo de esa verdadera fuente de luz de la que viene, y piensas que eres algo y dices ‘tengo luz aquí’.  Así es, tienes algo con lo que te acabas de llenar, pero si no hay más energía que viene tras eso, un día va a expirar, se va a acabar.  Y te vas a acabar a ti mismo.

El modo correcto (adab), nos enseña la tariqa, es que digas, incluso si algo viene a ti de ti mismo, es que miras a tu corazón y dices: ‘es algo que viene hacia mí y pido a mi shaykh poder hablar’, pero eso tampoco es para cualquiera.  Si hablas y te diriges a la gente debes tener autoridad, permiso, permiso de dónde.  ¿De la escuela wahabi o las universidades? Ése es un conocimiento robado, uno que está en los libros lo que ellos te enseñan, es del pasado, y en ese momento si no tienes la autoridad y el permiso para hablar, el conocimiento que venga hacia a ti trata de aplicarlo a tu vida para ver si te cambia o no pero no des veneno a los demás.

El Santo Profeta, alayhi salatu wa sallam (con él sea la bendición y la paz de Allah) dijo: ‘Oh Ya Rabbi (Oh mi Señor) no me dejes librado a mi propio ego ni por el tiempo que toma abrir y cerrar los ojos’. 

Y pedimos: Oh Señor, no nos dejes librados a nuestros egos, no nos dejes pensar que somos alguien.

Sin nuestro Shaykh, no podríamos decir siquiera dos palabras seguidas.  Eso es algo que tenemos que saber.  Si algo viene desde nosotros, y te da algo de valor a ti y a mí, en realidad viene de nuestro shaykh.  Si no es algo bueno, o que tú crees que no es algo bueno, viene de mi algo, así que discúlpame.

Pero primero tenemos que comprender que sí, estamos vacíos.  Cuando estamos vacíos, en ese momento ellos pueden enviarnos algo.  Pero si decimos que conocemos algo, sólo estamos dando veneno a otras personas. 

Y cuando miramos a esto en el tiempo de los Sahabi-e-Kiram [los Compañeros del Profeta, saaws], radiallahi ta’ala anhum ajma’in, Ali, radiallahu anh, llegó a Basra.  La ciudad de Basra en ese momento estaba repleta de meZquitas y era uno de los centros del conocimiento del Islam y habÍa muchos eruditos (‘ulama) allí.  Y en todos lados, cada uno de esos eruditos hablaba a la gente, mezquitas, dergahs y otros lugares.  Y la gente tomaba algo de eso.  Y ‘Ali, radiallahi anh karamallahu wahju viene, y se sienta en sus reuniones, observa, oculto, escucha un par de palabras  y se va.  Y observó en cada lugar a la persona que estaba hablando.  Y no le dio permiso a nadie para que hablara en Basra, más que a Hassan al Basri, radiallahu anh, y a otra persona.

Todas estas personas que hablaban era tabi’in, no son gente como la de hoy. 

Son la gente que se sentó con los Sahabi-e-Kiram a tomar conocimiento. 
Y el Santo Profeta, alayhi salatu wa sallam, dijo: Mis Sahabas [Compañeros] son como las estrellas en el cielo [para los navegantes de mar].  Tomas conocimiento de cualquiera de ellos, y puedes encontrar el camino.  Y cada uno de los Sahaba estaba en la estación de tener su propio Madhhab, de enseñar a la gente lo que escucharon del Santo Profeta, alayhi salatu wa sallam.

Pero ‘Ali radiallahu anhu observó y dijo: ya no hay permiso para nadie ahora, excepto estas dos personas en la ciudad de Basra.  Algunos piensan que ‘Ali, radiallahu anh prohibió hablar a todos los demás en todas las demás partes del mundo.  No.  Dijo en la ciudad de Basra.  Todos han venido aquí ahora, diciendo que tienen conocimiento, y han empezado a hablar, y observo y no están envenenando a la gente, les están dando algo de lo que escucharon de los Sahaba.  Pero dijo que como ellos no lo habían tomado para sí mismos al igual que una abeja, para digerirlo y después volverse a los demás y dárselo para que trabaje, ahora eso se ha cerrado, dijo.  Es pasar tu tiempo con algo vacío.

¿Dónde están ellos [en qué condición] y dónde estamos nosotros?

Si eres capaz de comprender eso parte, serás capaz de decir: Oh nosotros no conocemos nada, definitivamente.  Debemos ser capaces de tener la balanza para medirnos a nosotros mismos.  Y, asimismo, si alguien escucha esto y dice: Sí, yo sí conozco algo, y habla, ése es un ignorante.  Con ese conocimiento, sólo puedes encontrar las puertas del Fuego.  Así es.  Porque entonces no tienes visión, tu visión está cerrada.  Ya Hu!  Toma dos libros, toma varios camellos y llénalos de libros si quieres.

‘Ali radiallahu anh nos dijo: Si escribiera libros sobre la Surat al Fatiha, siete aleyas [versículos del Sagrado Corán], llenaría setenta camellos con la carga de los libros y aún así no sería capaz de dar la explicación completa de la Surat al Fatiha.

Nos dice, siete aleyas, y setenta camellos de carga de libros.  Y cuando lo tomas de su lenguaje, estoy hablando del lenguaje árabe adecuado, para traducirlo al idioma inglés, o al turco, o a cualquier otro, setenta camellos cargados de libros,  o, también, para traducirlo al lenguaje árabe de hoy …

[Sheykh Effendi sonríe y dice]  Tantos árabes hoy en día dicen, conocemos el idioma árabe, y lo primero que tenemos que hacer [les dicen a los demás] es conocer el idioma árabe.  Muchos shaykhs, cuyo idioma materno es el inglés americano, pero a todo al que viene le dicen [imita el tono severo]: Debes aprender el árabe.

La persona [a la que hablas, digamos] tiene 40 años de edad.  Ni siquiera ha aprendido a hablar correctamente su propio idioma materno, y ahora va a correr a hablar el idioma árabe y a volver todavía más orgulloso, sin aprender nada.  Ningún conocimiento le va a llegar a ése.

Así que si tomas de ese tiempo, y traduces la carga de libros de setenta camello que ‘Ali radiallahi anh decía, si los hubiera escrito y los quieres mostrar, vamos a necesitar traducirlos al inglés de hoy, al turco de hoy, al árabe de hoy, al urdu de hoy, a los idiomas del mundo islámico que la gente habla, los libros de setenta camellos cargados se van a convertir, déjenme ir aquí con algo sencillo, en siete mil camellos cargados con libro ¿no?  Tiene que ser.

Ahhh. ¿Y? ¿Dónde está el conocimiento ahora?  Surat al Fatiha.  Siete aleyas.  Y las siete aleyas son el inicio y la apertura, dicen por eso que el Fatiha es la apertura del Corán. 

Así que tan pronto lo abres, empiezas a pensar, lees el Fatiha, dices ‘wa lad dalin, amin’ y piensas ahora vamos a entrar en el Quran alhamdulilah, eso [el Fatiha] está dentro del Qur’an pero es la apertura, es un du’a [una súplica], el Fatiha es un du’a, una súplica, la gente suplica con él.  Bien, ahora vamos a entrar en la Surat al Baqara, la Surah de la Vaca.  Allah, Allah.  200 y más aleyas.  Y el principio de allí inicia: ´Bismillahi Rahmani Rahim.  Alif, Lam, Mim’.  Ohh, y ahora te quedas parado.  Antes de que entres a la Surah estás cerrado con un candado.  Pregúntale a los árabes, diles: ¿qué significa eso hermano?  ‘Alif, Lam, Mim?´ ´Sí, eso, ¿qué es? ¿qué significa?’ ´Letras del alfabeto’ ‘Allah, Allah.  ¿Cómo que alfabeto’ ¿Acaso no dice allí Bismilahi Rahmani Rahim Alhamdulillahi Rabbil alamin … para que nosotros seamos capaces de leerlo y demás, pero y ¿Alif Lam Min?’  Es una llave, que ha cerrado toda la Surah.

Y si no nos detenemos a pensar y comprender esa parte vamos a tomar sólo de la superficie, igual que los wahabis que toman hoy de allí y dicen: ‘Lo sé todo’.  Masha’Allah.  ¿Así que ahora estás tomando el Qur’an muy a la ligera eh?  Masha’Allah a ti.  Por eso es que tomas el Qur’an, por eso es que ellos toman el Qur’an así y dicen: Lo leo, está bien,  y si necesito dormir, lo utilizo como almohada.  Portan el libro y dicen, es normal, cuando voy a dormir, lo pongo bajo mi cabeza como una almohada y si no tengo un recipiente donde ponerlo lo pongo detrás de mi espalda …

¿Dónde está hoy el Islam?  Se ha ido.  El nombre, sí, [queda] el nombre de Islam.  ¿Lo dijo el Profeta? Así es, el Profeta, alayhi salatu wa sallam, dijo: En Ahir Zaman [al final de los tiempos] va a permanecer el nombre del Islam, se escuchará el sonido del Qur’an, y la apariencia externa del os musulmanes estará allí, pero el Islam se habrá ido, es decir, el modo de vida del Islam va a desaparecer.

¿Acaso eso no ha pasado eso hoy en día?  No necesitas a nadie que te lo diga.  A ustedes, o a esos que están escuchando ahora con el video [de estas palabras].  Algunos se sientan detrás de las computadoras, ‘conociendo’ el mundo.  Ha,  éste es el conocimiento.

Siéntate todo lo que quieras en tu paraíso de casa, en el palacio de faraón que es tu cuarto, detrás de la puerta, cierra todas las puertas, y frente a esa máquina dile al mundo: yo sé esto, yo sé aquello, pero cuando sales, la mayoría lo saben, se van a la calle y en ese momento no puedes siquiera decirle a la persona de al lado: hermano, ¿eres musulmán o cristiano? ¿te gustaría dar shahada?

[Sheykh Effendi sonríe]  Masha’Allah ah.  Le dan todo conocimiento al mundo entero, pero a la persona que está sentada a su costado, que está quemándose a su lado, no es capaz de decirle, no se atreve a decirle, no tiene el corazón para decirle, no entiende  para pensar ‘ésta es la razón de mi creación también, conozco el Islam y el Islam es el mejor modo de vida para la humanidad, así que le diré a esta persona, no me importa si se va a molestar conmigo, no me importa si me va a insultar, o si se va a parar e irse, mi deber  es simplemente darle una pista, ¿quién sabe y quizá funcione?’, y si empiezas a hacer una cosa así te dicen: este tipo está loco, definitivamente está loco, debe estarlo.   Porque si te pones a pensarlo mucho dices: cómo puede hablarle a esta persona, es un extraño.

Se está sentando a tu lado, Allah lo ha puesto a que se siente a tu lado, ¿acaso eres capaz de decir: cómo estás hermano? O decirle ‘salamu alaikum’

¿Cómo, pero si no es musulmán?  Por supuesto que no, dile salam alaikum.  Le enseño esto a todos  lo que viajan conmigo, los que van a cierta área, antes fulano de tal [menciona a un murid] era todo ohhhhh [seriedad y seriedad]  y le digo: ahora, diles salam alaikum, y dicen [con una sonrisa]: As Salam Alaikum.  O te miran así [como diciendo qué es eso] o te responden.  Y cada vez dicen salam alaikum. 

¿Qué es eso?

Una palabra del Santo Profeta, alayhi salatu wa sallam.  ‘Esparzan el salam’.  Y cuando esparzan el salam, en ese momento, no eres tú el que va a trabajar, Allah va a hacer cosas a través de esa palabra.

Pero la gente de hoy ni siquiera quiere que se les conozca.  Cuando vas a su lado, en las mezquitas, hablan tantas cosas, pero cuando van a sus trabajos y hay otros americanos que están a su alrededor, les dices: as salam alaikum hermano, y no te escucha, está ocupado, porque no quiere que se conozca entre esa gente que él es musulmán.

Ahh, esto es lo que ocurre.

Dime que no.  Y si lo haces, tengo pruebas, puedo llevarte a donde quieras, en tu propia área, en tu propia casa si quieres, para mostrarte cómo es Islam, y dónde estamos nosotros.

Así que hay una cosa que debemos saber: así es, somos muy ignorantes, somos muy arrogantes, somos muy egoístas, nos volvimos así en este siglo.  No estamos contentos.  No hallamos contentamiento, porque la felicidad viene cuando compartes, no cuando tomas para ti, cuando algo se te da y empiezas a compartirlo con otros, en ese momento Allah te envía felicidad a ti.  Y siempre estarás contento.  

Si la persona  que toma de ti no está contenta,  le dirás a tu corazón: hice mi mejor esfuerzo.  Algunos están a la espera de que venga Azrael [el ángel de la muerte]; no importa, porque ahora tú vives por la causa de Allah.  

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Fragmento inicial de un sohbet de Sheykh Abdul Kerim Kibri, del 13 de Saban de 1428 (ahosto de 2007).

El audio original completo, aquí: Life dedicated to Shaykh

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