Salatul fatih

Salatul fatih
Oh Allah bendice a nuestro Maestro Muḥammad, el que abre lo que está cerrado y sella lo que le ha precedido, aquel que hace triunfar a la Verdad por la Verdad, el guía hacia el camino recto, y a su familia, conforme a lo que merece su categoría y su inmenso alcance

sábado, 28 de diciembre de 2013

Oración de protección contra las desgracias

En el Nombre de Allah,
el Misericordioso, el Compasivo

PARA PROTECCIÓN CONTRA LA DESGRACIA Y POR EL BIEN EN NUESTROS ASUNTOS

Ashiq-e-Rasul [amante del Profeta] de la gente oculta en Medina, ciudad donde vive, con 120 años de edad.  Uno de los hombres de Allah conocido por las respuestas a sus súplicas.  Que Allah le incremente su proximidad y nos beneficie por sus súplicas.

Bismillahi Rahmani Rahim

Dentro de los actos de carácter voluntario que pueden practicarse en el Islam, hay un du’a (oración) muy especial con el cual suplicar a Dios protección eficaz contra las desgracias y que el Altísimo provea el bien en nuestros asuntos.  Se llama salát tunyína y es una de las formas del salat an nabi u oración a Dios por el Profeta Muhammad, la bendición y la paz de Dios sean sobre él.

Al final de esta entrada se puede encontrar un vínculo en relación a los méritos especiales del salat an nabi en general, y en relación al salat tunyina, su mérito y especialidades son conocidas a lo largo de las tierras del Islam por la gente de sinceridad y los maestros de las ciencias del corazón.

Su texto es el siguiente (ofrecemos en texto en árabe en una de sus variantes, y la transliteración y traducción al estilo en uso en la tariqa):



Allahúmma salli 'ala Sayyidina Muhammad
(¡Oh Allah! Bendice a nuestro Maestro Muhammad)

salátan tunyína bihá min yamí'i 'l-'ahwáli wa 'l-afát
(con bendiciones con las que podamos salvarnos de todas las ansiedades y calamidades)

wa táqdi laná bihá yamí'i 'l-hayát
(y con las que todas nuestras necesidades sean satisfechas)

wa tutáhiruna bihá min yamí'i 's-sayyi'át
(y con las que se nos limpie de todos los pecados)

wa tarfá'una bihá índaka a'la'd-darayát
(y con las que recibamos una estación elevada)

wa tubállighuna bihá aqsa'l-ghayát
(y nos conduzcas al límite de nuestras aspiraciones)

min yamí'i'l - jayráti fi'l -hayáti wa bá'da 'l-mamát.
(en todo lo que es bueno en esta vida y en el más allá)




* * *

Mawlana Shaykh Nazim al Haqqani (qs) recomienda recitarla 40 veces al día para todos asuntos, y recomienda que cuando se termine de recitar una vez se diga: “Hasbi Allahu wa ni’mal Wakil”  (Dios me basta y es un protctor excelente) (3 veces) y al  finalizar las cuarenta recitaciones, recomienda añadir: “Ghufranaka Rabbana wa ilaykal masir” (Perdónanos Señor y hacia Ti es el retorno).

Se recomienda cuando menos decirlo 7 veces al día como práctica voluntaria mínima.

Y en circunstancias extremas, se recomienda un número mayor de recitaciones.  Así por ejemplo, Sayyidi Ashraf Ali Thanwi escribe respecto a este du’a: "debería ser recitado mil veces al momento de cualquier dificultad o calamidad" (En Zaadus Sa’eed, por Sayyidi Ashraf Ali Thanwi, p. 14).

El gran erudito, jurisconsulto, escritor y wali o santo de Dios Imam ibn-Faikihani (ra) dice respecto al origen de esta súplica que una vez un hombre piadoso llamado Shaykh Musa Zarir (ra).  Se embarcó en un viaje en barco.  A causa de una fuerte tormenta, el barco empezó a hundirse.  Todos los pasajeros a bordo empezaron a llorar y clamar, pero Shaykh Musa Zarir (ra) se fue a dormir.  En su sueño, vio al Profeta Muhammad, la bendición y la paz de Dios san sobre él, y el Profeta le instruyó a él y a los pasajeros a que recitaran esta súplica 1000 veces.

Shaykh Musa Zarir (ra) se levantó y empezó la recitación.  Tan pronto como llegó a recitarla 300 veces, la tormenta cedió y el barco se salvó.  Otro barco cercano se hundió por la tormenta, pero este barco llegó a su destino a salvo.


Vínculo relacionado:
La Oración por el Profeta (saaws) o Salat an Nabi





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