¡Por el Mawlid del Profeta!
Bismillahi Rahmani Rahim
Los más conocidos y grandes maestros del sufismo son estrellas de inmensa luminosidad, cuyos nombres han legado a la humanidad un depósito de conocimiento espiritual y de rectitud de vidas que asombran tanto a los musulmanes como a los estudiosos y buscadores no musulmanes que reciben noticias acerca de ellos.
Nombres como Shah Bahauddin Naqhsband, de quien toma su nombre actual la tariqa naqshbandi, presente en todos los continentes del mundo; Mawlana Jalaluddin Rumi, el poeta del amor divino autor de obras consideradas clásicas de la literatura universal como el Masnavi; Shaykh al Akbar Ibn al-Arabi, autor cuya extraordinaria profundidad metafísica y espiritual quedaron atestiguadas por todos los maestros sufis que le han leído; al-Ghawth Shaykh Abdelqader al Jilani, a quien debe su nombre la tariqa qadiri, y cuya vida y obras son un legado para todas las tariqas sufis; Shaykh Abu'l Hassan ash-Shadhilli; Shaykh Ahmad Rifai; Khwaja Moinuddin Chisti; Shaykh Abdul Aziz ad-Dabbagh, entre muchísimos otros, que Allah esté complacido con todos ellos y nos beneficie de sus luces, son nombres de personas que en diversos lugares y épocas han constituido gigantes espirituales del Islam tradicional y atestiguan la prolífica y poderosa vida del Islam.
Y a pesar de las incomprensiones que aún existen aún acerca del Islam tradicional en Occidente, la fuerza espiritual que irradia cada uno de ellos sigue vigente tanto en el Islam como en quienes, desde fuera del Islam, se acercan a conocer en detalle respecto a ellos.
Particularmente, en muchos círculos no islámicos en Occidente las nobles figuras de Mawlana Rumi e Ibn Arabi gozan de mucha popularidad y prestigio.
Sin embargo, un elemento que a veces se pierde fácilmente de vista, y que por tanto resulta resulta necesario señalar, es que todos los mencionados, sin excepción, reconocieron una cosa: cada uno de ellos se confesó, en sus propias palabras, como un profundo amante y servidor del Mensajero de Dios, Sayyidina Muhammad, que la bendición y la paz de Allah sean con él, y cada uno de ellos manifestó no ser, si acaso, mas que polvo a los pies del Maestro Enviado, el Profeta Inmenso del Islam.
Particularmente, en muchos círculos no islámicos en Occidente las nobles figuras de Mawlana Rumi e Ibn Arabi gozan de mucha popularidad y prestigio.
Sin embargo, un elemento que a veces se pierde fácilmente de vista, y que por tanto resulta resulta necesario señalar, es que todos los mencionados, sin excepción, reconocieron una cosa: cada uno de ellos se confesó, en sus propias palabras, como un profundo amante y servidor del Mensajero de Dios, Sayyidina Muhammad, que la bendición y la paz de Allah sean con él, y cada uno de ellos manifestó no ser, si acaso, mas que polvo a los pies del Maestro Enviado, el Profeta Inmenso del Islam.
Mawlana Jalaluddin Rumi -que Allah santifique su secreto- dijo al respecto:
Soy el siervo del Qur'an mientras tenga vida.
Soy el polvo en el camino de Muhammad, el Elegido.
Si alguien cita [entiende] algo distinto a esto de mis dichos,
no tengo relación con él y de sus palabras me indigno. (1)
El Ghawth, el wali inmenso, Shaykh Abdelqader Al-Jilani, escribió lo siguiente en su libro El Secreto de los Secretos:
“Un maestro vivo debe tener conexión con nuestro maestro el Profeta de Allah (saaws), esto es, si es verdaderamente el heredero del estado del Profeta. En su enseñanza recibe guía del Profeta y se le enseña cómo ser un verdadero siervo de Allah”.
El Ghawth posteriormente clarifica que dicha guía se obtiene por contacto directo con el espíritu del Profeta (2)
El wali marroquí, Shaykh Abdul Aziz ad-Dabbagh, cuando narró, en su calidad de participante y testigo presencial, cómo era una de las reuniones (Diwan) que sostienen los más puros siervos de Dios de cada generación, los santos íntimos de Allah, cada noche entre sí, dijo:
"En algunas ocasiones, el Profeta está presente en el Diwan, que las Bendiciones y la Paz de Dios sean con él (BP) ... Cuando viene el Profeta (BP) con él vienen luces que no se pueden resistir. De hecho, éstas son luces que queman, aterrorizan y matan de inmediato. Son luces de sobrecogimiento, majestad y grandeza. Si imagináramos cuarenta hombres que hubieran alcanzado un grado insuperable de valentía y fueran súbitamente abrumados por estas luces, caerían inmediatamente inconscientes. Pero Dios, el Sublime, confiere a Sus Amigos el poder de recibir estas luces. Sin embargo, sólo unos cuantos de entre ellos puede entendérselas con los asuntos que surgen en el momento en que el Profeta está presente, ¡las bendiciones y la paz de Dios sean con él!". (3)
Y Mawlana Shaykh Nazim, el Sultán de los íntimos de Dios en esta época, nos dice:
"Los Santos, los herederos del Sello de los Profetas, aquellos Grandes Santos, también han recibido océanos. Pero sus océanos, incluso los océanos de todos los profetas y los santos juntos, cuando se los compara con lo que se ha concedido al Sello de los Profetas, es apenas como la gota que queda en la punta de un alfiler cuando introduces ese alfiler en el océano (y después lo sacas). Si se los compara, apenas son eso". (4)
La veracidad de la visión del Profeta (BP)
Muchos musulmanes hoy en día, a causa del materialismo de esta época, han perdido conciencia de la realidad de la presencia espiritual del Profeta (BP), con quien siguen aún hoy directamente conectados los awliya o siervos santos e iluminados de Allah el Altísimo.
Cuando un maestro sufi narra cosas como las que hemos citado, algunos musulmanes dudan de la veracidad del relato y tienen sospechas de los grandes santos sufis que han sido privilegiados con este contacto directo con el Mensajero de Dios (BP).
Sin embargo, cabe recordar lo siguiente:
El Profeta (BP) dijo una vez:
"Nada queda ya de la Profecía sino buenas noticias". Cuando se le preguntó: "¿Cuáles son las buenas noticias?", respondió: "Los sueños verídicos (lúcidos) [ru'yas]" (5)
Otro hadiz expresa lo siguiente:
Otro hadiz expresa lo siguiente:
“Verme en un sueño es como verme en la realidad, pues el Shaytan (el demonio) no puede tomar mi forma. Todo el que haya soñado conmigo de hecho me ha visto". (6)
Asimismo, dijo el Mensajero de la Verdad (BP):
"Quien me ha visto en un sueño me verá estando despierto y el Shaytan no puede tomar mi forma" (7)
Que Allah bendiga y prodigue de Paz a nuestro Profeta (BP), en especial en este sagrado mes de su nacimiento (Mawlid), pues ha permitido a la Ummah o Nación del Islam mantener siempre contacto, a través de sus espíritus más puros en cada época, con el Profeta mismo (BP), asegurando de esta manera, por bendición divina, mantener al menos un grupo que siempre vive y atestigua la Verdad.
Wa min Allahu Tawfiq.
VÍNCULO RELACIONADO:
Los Maestros y el Inmenso Profeta - 2
NOTAS DEL TEXTO
(1) Transliteración del persa original:
man banda-yé qur'ân-am, agar jân dâr-am
man khâk-é rah-é muHammad-e mukhtâr-am
gar naql kon-ad joz în, kas az goftâr-am
bêzâr-am az-ô, w-az-în sokhan bêzâr-am
man khâk-é rah-é muHammad-e mukhtâr-am
gar naql kon-ad joz în, kas az goftâr-am
bêzâr-am az-ô, w-az-în sokhan bêzâr-am
Cuarteto N° 1173 (en inglés), traducido del persa al inglés por Ibrahim Gamard y Ravan Farhadi, en "The Quatrains of Rumi", 2008.
(2) The Secret of Secrets. Traductor: Tosun al-Helveti, Cambridge: Islamic Texts Society, 1992, p. 113.
(3) De: “Pure Gold from the words Sayyidi Abd al-Aziz al-Dabbagh”, traductores: Radke and O’Kane. Nota: El carácter inmenso de esta presencia del profeta (BP) es muy distinto a que si sólo le percibiéramos con los ojos físicos, ya que los santos íntimos de Dios le perciben en su reunión no sólo en su apariencia externa, sino con los ojos del espíritu, por lo que atestiguan las luces de su inmensa, plena y sobrecogedora realidad espiritual.
(5) Hadiz -dicho del Profeta (BP) narrado por Abu Hurairah y registrado por Bukhari. Citado en: Yehia Gouda, Dreams and their Meanings in the Old Arab Tradition (New York: Vantage Press, 1991), p. 5.
(6) Hadiz de Bukhari, citado por Gouda, Dreams.
(7) Hadiz de Bukhari, citado en “Ithbat jawaz ru’ya sayyidina rasulullah salla Allahu aleihi wa salam fi al-yaqzha ba’da intiqalihi ila al-rafiq al-‘ala” (”La prueba de que está permitido ver a nuestro maestro el Mensajero de Dios, la bendición y la paz de Dios sean con él, estando despierto, después de su paso al Más Elevado Compañero”) (artículo preparado por Zachary Wright para la Zawiya Tijani de Heliopolis, Cairo, Ramadan, 1422/2002, p. 1).
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