En el Nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo |
MEDITACIÓN
SUFI Y MEDITACIÓN YOGUI
Bismillahi
Rahmani Rahim
No todos los
que cierran los ojos hacen lo mismo, ni todo camino que busca algo más allá de la materia busca algo del mismo valor.
El ego no se
ve, no se ve el espíritu, y no se ve a Dios.
Pero concentrarse en "lo que no se ve" (el Ghayb) no es por sí
solo "espiritualidad", si esta palabra va a tener un valor asociado
muy alto y único.
Meditación
de un siervo de Dios, un maestro sufi consumado
Nos recuerda
nuestro Gran Maestro, Maulana Nazim: no hay título más honroso ante la Divina
Presencia que el de ser simplemente 'siervo'.
Y dice
asimismo: esta tarika, nuestra vía, es una fábrica de ceros: la gente viene
creyendo que son algo, queriendo ser algo, y les enseñamos a ser cero, cero,
cero, cero.
Cuántas veces
se le oyó decir:
"Solo
somos siervos débiles, oh Señor, perdónanos, no te hemos adorado como es
debido, oh Señor, solo queremos ser Tus siervos".
Esta
meditación viene con la actitud de quien sirve a Dios y encuentra en Dios al
fuente inagotable del Amor: servicio, sacrificio, entrega, obediencia a la
Voluntad Divina.
Y Dios cubre a Su siervo con Su aceptación y los regalos de Su Amor, que ningún ojo vio
ni ningún oído oyó.
La
Meditación opuesta
Ésta pertenece
a caminos que engrosan el ego de modos sutiles, muy auto-cautivantes, muy
'relajantes', pero que nos atan al fin y al cabo a formas sutiles y "del
No Visto".
Como dice
Sheykh Abdul Kerim, no crean que ego es simplemente comer más o beber más, querer sexo sin límites.
Hay también un ego religioso, así como hay
también un ego erudito, y un ego al que le gusta el ropaje místico.
Buscará estas formas para engrosar su
autocomplacencia bajo modos sutiles que escapan a lo común.
Hay egos a los que les gusta andar bajo
ilusiones o hasta alucinaciones, egos que se quieren expandir y expandir en
percepciones y en poderes, en sueños y en visiones.
Citamos aquí a
un expositor, Nisargadatta Maharaj, gurú hindú famoso en el demacrado mundo de la así
llamada Nueva Era (New Age) por su frase "tú eres eso [el todo, lo perfecto]",
quien dijo:
"Simplemente
seguí la instrucción de mi Gurú, la cual era que debía concentrar la mente en
el ser puro, “Yo soy”, y permanecer
en ello. Yo solía sentarme durante horas seguidas, solamente con el “Yo soy” en mi mente, y pronto la paz,
la dicha y un profundo amor que todo lo abarca llegaron a ser mi estado normal.
En eso, todo desaparecía- yo mismo, mi Gurú, la vida que yo vivía, el mundo
alrededor de mí. Sólo permanecían una paz y un silencio insondables".
En términos de
‘aqida o doctrina, en el primer caso tenemos la poderosa afirmación: no hay más
dios que un solo Dios (la illaha illa'Allah).
En la segunda
meditación, lo que hay es un cúmelo singular de hulul (encarnacionismo),
panteísmo, adoración de uno mismo e ignorancia de la realidad del Uno y de quién
es aquel Uno: Allah. Nunca los siervos o
la creación.
En términos
sufis: Solo somos siervos. Siervos
débiles. Siervos que buscan complacer a
Dios.
El
Señorío y la Perfección son solo de Dios.
Pero he allí un
ejemplo de la glorificación del ego llevado a su auto-aceptación como un Yo Soy
que lo es todo. ¡Al fin el ego lo es
todo! Y encima lo hace en paz.
Y si lo ha
hecho con los 'métodos de meditación adecuados' que se enseña en los caminos de
los gurús, el ego hasta recibirá poderes sobrenaturales, los famosos siddhas (capacidad de curar, levitación,
lectura de la mente, etc). Y entonces ya
no habrá quien lo pueda curar.
Suficiente
como para ir intuyendo dónde están los awliya o amigos de Dios y dónde los
awliya ash shaytan o cuando menos las gentes bajo un influjo del shaytan.
Y pensar, no
obstante, que hay demasiados 'sufis', incluso naqshbandis, por allí que se
regocijan leyendo textos como los citados, engañados con la 'meditación' de la
auto-glorificación.
No puedes
adorarte a ti mismo y adorar a Allah.
La
auto-glorificación es la renuncia al servicio.
Es, por tanto,
el rechazo a nuestro Señor, Aquel Único que es en verdad El Misericordioso y Todo
Compasivo.
A veces, basta
con observar. Observar el
rostro de un siervo de Dios, que brilla con luz.
Frente a un ego
cegado ante sí mismo, que cubre al ser humano con oscuridad y extravío.
Siervo de Dios
El gurú del "Yo Soy" (foto extraída de una página favorable a dicho autor) |
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