Salatul fatih

Salatul fatih
Oh Allah bendice a nuestro Maestro Muḥammad, el que abre lo que está cerrado y sella lo que le ha precedido, aquel que hace triunfar a la Verdad por la Verdad, el guía hacia el camino recto, y a su familia, conforme a lo que merece su categoría y su inmenso alcance

jueves, 28 de marzo de 2013

Relato del Océano, el Maestro y el buscador

En el Nombre de Dios,
el Misericordioso, el Compasivo



Procedente de un relato oriental, seguido de algunas perlas doradas en el logro de la meta  

1

"Un grupo de devotos invitó a un maestro de meditación a la casa de uno de ellos para que los instruyera. El maestro dijo que debían esforzarse por liberarse de reaccionar en demasía frente a los hechos de la vida diaria, por lograr una actitud de reverencia, y por adquirir la práctica regular de un método de meditación que, a su vez, les explicó en detalle. El objetivo era darse cuenta de que la vida espiritual debe estar presente en todo. Es estar conscientes de esto no sólo durante el período de meditación, sino constantemente, en lo cotidiano. El proceso es como llenar un colador con agua.

El maestro hizo una reverencia ante ellos y partió. 

El pequeño grupo se despidió de él y luego uno de ellos se dirigió a los demás, echando chispas de frustración:

¡Lo que nos dijo es como decirnos que nunca podremos lograrlo! - ¡Llenar un colador con agua! Eso es lo que ocurre, ¿no? Al menos para mí. Escucho un sermón, rezo, leo algún libro sagrado, ayudo a mis vecinos con sus niños y ofrezco el mérito a Dios, o algo por el estilo y después me siento elevado. Mi carácter mejora durante un tiempo... no me siento tan impaciente, ni hago tantos comentarios sobre otras personas. Pero pronto el efecto se disipa y soy el mismo que antes. Es como agua en un colador, por supuesto. Y ahora él nos dice que eso es todo. 

Siguieron reflexionando sobre la imagen del colador sin lograr ninguna solución que los satisficiera a todos. Algunos pensaron que el maestro les decía que las personas como ellos en este mundo sólo podían aspirar a una elevación transitoria, otros creyeron que el maestro simplemente les estaba tomando el pelo.

Otros pensaron que tal vez se estaría refiriendo a algo en los clásicos que suponía que ellos sabían... buscaron, entonces, referencias sobre un colador en la literatura clásica, sin ningún éxito. 

Con el tiempo, el interés de todos se desvaneció, excepto el de una mujer que decidió ir a ver al maestro.

El maestro le dio un colador y un tazón, y fueron juntos a una playa cercana. Se pararon sobre una roca rodeados por las olas. - Muéstrame cómo llenas un colador con agua. - le dijo el maestro. Ella se inclinó, tomó el colador en una mano y comenzó a llenarlo con el tazón. El agua apenas llegaba a cubrir la base del colador y luego se filtraba a través de los agujeros. 

- Con la práctica espiritual sucede lo mismo -dijo el maestro - mientras uno permanece de pie en la roca de la personalidad e intenta llenarse con cucharadas de conciencia espiritual. No es ése el modo de llenar un colador con agua, ni nuestra esencia con vida espiritual. - Entonces, ¿cómo se hace? -preguntó la mujer. 

El maestro tomó el colador en sus manos y lo arrojó al mar. El colador flotó unos instantes y después se hundió. 

- Ahora está lleno de agua y así permanecerá -dijo el maestro.  Ese es el modo de llenar un colador con agua y es el modo de realizar la práctica espiritual. No se logra vertiendo pequeñas dosis de vida espiritual en la individualidad, sino arrojando la individualidad dentro del mar de la vida espiritual."


2


El anhelo universal del buscador espiritual, la inmersión en el Océano final.  Dios es la fuente de toda bendición.

Es precisamente sobre esta extinción en Dios -fanafillah-, que el siervo santo, el renombrado Hazreti Abdulqadir al Yilani, bajo la experiencia y maestría personal de que generosamente le dotó Dios, nos dejó escrito lo siguiente:


"Pídele a Dios por el contentamiento o aniquilación, porque es el más grande confort y el único paraíso elevado en este mundo; es la principal puerta de Dios, y la razón del Amor de Dios para con Su creyente servidor. 

Cuando Dios ama a alguien, El no lo castiga en este mundo ni el Más Allá, ya que allí yace en contacto (luhuq) con Dios y la unión [sin identificación o encarnación] con El. 

No dediques tus esfuerzos en buscar golpes de suerte y cuotas de buena fortuna, tanto si éstas se encuentran en tu destino o si tú estás procurando por ellas. Si no están destinadas a ti, el esfuerzo por obtenerlas es mera estupidez, necedad e ignorancia, y existe un dura castigo de acuerdo al dicho:

"Uno de los más duros castigos es perseguir aquello que está destinado a nunca ser obtenido".

Por otro lado, si están destinados a ti, tu preocupación por ellos es debido a tu avaricia, codicia y una lealtad fragmentada desde el punto de vista del servicio y el genuino amor, porque el preocuparse de cualquier otra cosa que no sea Dios deriva en el pecado de asociación [shirk oculto].

El buscador de buena fortuna no es honesto en su amor y amistad, de manera que cualquiera que necesita a otros aparte de Dios debe ser un mentiroso, y su pedido de recompensa por su labor no es sincero.

Aquél que es sincero servirá a Dios sólo por saldar su deuda con el Señor, pagándole con la devoción debida a un amo por derecho, para que el Señor de la Verdad lo posea y lo faculte en su trabajo, en su obediencia tanto en la acción o en reposo, y en todo aquello que él pueda adquirir.  El servidor pertenece a su maestro, a lo largo de todo lo que posee. 

Ciertamente, como hemos explicado, todos los actos de adoración y servicio son una bendición de Dios y un favor con Su sirviente, ya que es Dios quien le ayuda a realizarlos y cumplir con ellos. Por lo tanto, es mejor y más digno el ocuparnos de dar gracias a Dios, antes que rogarle que nos recompense por tales actos.

Por otra parte, ¿cómo puedes tu dedicarte a la búsqueda de oportunidades fortuitas, cuando ves con certeza cómo es y está la mayoría de la gente? En los momentos que tienen mucha fortuna, y disfrutan de una larga cadena de placeres, beneficios y riqueza, se vuelven más rencorosos de Su Señor, más descontentos y desagradecidos por Sus bendiciones, mientras que sus preocupaciones e inquietudes se incrementan, y sienten que necesitan de cosas que no les han sido dadas como las que ya poseen.

Desperdician sus vidas, sus energías decrecen, su riquezas se disipan, sus cuerpos se fatigan, sus frentes comienzan a sudar, el registro de sus acciones se empaña por sus muchas ofensas, cometen terribles pecados en su búsqueda, y abandonan los mandatos de Su Señor. Ellos nunca alcanzan sus objetivos y dejan este mundo en bancarrota; "vacilantes, no se pronuncian ni por unos ni por otros" (Sagrado Corán 4:143).

No agradecen a su Señor lo que poseen y lo que El les ha asignado, y fallan en utilizarlo para Su servicio. Lejos están de compartir con otros lo que poseen y desperdician sus vidas en este mundo y en el Más Allá. Ellos son lo peor entre las criaturas, los más ignorantes, tontos y carecen de intelecto y comprensión.

Su hubiesen aceptado el decreto y destino de Dios, si estuviesen satisfechos con el regalo de la providencia, y fuesen obedientes con el Señor, todo lo que poseen lo tendrían y disfrutarían sin preocupaciones ni cansancio. 

Entonces, serían invitados y llevados a la proximidad del Más Elevado, y en la Divina Presencia encontrarían lo que buscan y desean.

Quiera Dios incluirnos entre aquellos que aceptan placenteramente Su decreto, quienes rezan por ello y por la aniquilación en El, por preservar su estado espiritual y por ayudar en alcanzar aquello que Dios ama y obtener Su aceptación!"


Palabras del Discurso 53 (Acerca del mandato de buscar el contentamiento con Dios y la aniquilación -fana'- en Él), del libro "Futuh al Ghaib" [Aperturas de lo No Visto] del siervo de Dios, el Maestro Abdulqadir al Yilani.

El renombrado maestro nació vivió del 1077 al 1166 de la era común / 470 - 561 de la era islámica, y fue descendiente por sangre y seguidor impecable del Maestro Sublime, Muhammad, el Mensajero de Dios, Profeta del Islam, la bendición y la paz de Dios sean sobre él.


martes, 26 de marzo de 2013

La Posición de la Mujer en el Islam

En el Nombre de Allah,
el Misericordioso, el Compasivo




LA POSICIÓN DE LA MUJER EN EL ISLAM

En el Islam la mujer es respetada.

La Mujer no es una esclava, sino que ella es como una reina y su esposo es como un rey. Del mismo modo en que un rey respeta a su esposa, ése es el orden correcto en las familias del Islam.

Pero la gente ignorante no respeta. Sólo los ignorantes no tienen respeto. Un hombre debe respetar a su esposa, y la esposa debe respetar a su esposo como un Rey y una Reina. Ése es el verdadero camino. Un rey nunca muestra falta de respeto por su reina ni una reina falta el respeto a su rey. Esa es la situación verdadera para las familias en el Islam.

El Islam ordena al hombre (el esposo) mantener a su esposa sólo para él mismo y no le está permitido obligar a su esposa a cocinar o limpiar o cuidar a sus hijos, ni siquiera amamantar.

El Islam dice -si deseas saberlo- que el niño pertenece al padre, de ahí que el padre debe cuidar del niño. 

Incluso si le ordena a su esposa que alimente al niño, él debe pagar por ello a su esposa. Si la esposa dice – “No lo alimentaré” – entonces el hombre debe conseguir a alguien más para alimentar al niño.

Él no debe hacer ningún mal trato con su esposa. No. La Sharia le dice al hombre: tú debes hacer que tu esposa se sienta complacida, inclusive en el caso de alimentar a tu hijo tú debes complacerla, debes pagarle.

Tanto como puedas debes cuidar (encargarte) de tu esposa y complacerla. Eso es Sharia. Ellos pueden corroborar si lo que digo está en la Sharia. El hombre debe ser responsable por todo en la casa, cocinar, limpiar, lavar, el hombre es responsable. Él puede traer a alguien para hacer todo esto o si no él puede hacerlo por sí mismo.

Pero la mujer (la esposa) lo hace por ella misma. Así es, Allah el Todo Poderoso recompensará a todas las mujeres porque ellas hacen cosas que no son necesarias para ellas, no es su obligación hacer todo en casa.  Allah va a recompensarlas con el paraíso.

La gente europea, ¿qué están haciendo ahora?

Fuerzan a las mujeres a trabajar y son crueles. Los hombres trabajan; al mismo tiempo las mujeres están trabajando, después ambos vuelven a casa.  El hombre se sienta, lee el periódico y dice “trae una taza de té” “Trae la comida”, y ellos dicen que son personas civilizadas y culpan a los musulmanes de tratar mal a las mujeres.

¿Donde están sus leyes para cuidar de las mujeres como las leyes del Islam? Que nos las muestren. 

Si son capaces de cuidar de sus mujeres como reinas en sus casas entonces ellos pueden ser civilizados.

Ellos culpan al Islam que el Islam hace a las mujeres esclavas. Astaghfirullah.

¡Mentirosos!

El Islam mantiene a las mujeres de tal modo que pone la carga de cocinar y limpiar y todo sobre el hombre. Las mujeres deben ser servidas como reinas.

Los occidentales dicen que el Islam no es bueno y que ellos sí dan sus derechos a las mujeres.

[Pero en Islam] Ningún trabajo para las mujeres fuera de sus hogares.  Y en sus hogares, los hombres deben cuidarlas.  Traer provisiones, cocinar, traer sirvientes.  Tu esposa es una reina.

Eso es Islam.

Pregunta.- ¿Y si tienes un hombre que no entiende?

Respuesta.- Ponlo en Yahannam (en el Infierno). Pon a ese hombre en un establo de animales.

Lo que digo es para esos que afirman ser musulmanes y se les digo (también) a los occidentales que culpan al Islam por poner a la mujer debajo.

Los occidentales dicen que ellos engrandecen a la mujer, ¿qué están haciendo?

Ellos están haciendo de las mujeres unas esclavas: todo el día trabajando fuera y después vienen al hogar y trabajan en casa mientras los hombres sólo van a beber.

Del Libro: Preguntas de Lady Khadijah (respondidas por Maulana Shayh Nazim al Haqqani –qs-)

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Vínculo relacionado:


domingo, 10 de marzo de 2013

El Mensajero Universal de Dios

En el Nombre de Allah,
el Misericordioso, e Compasivo




EL MENSAJERO UNIVERSAL DE DIOS:
SAYYIDINA MUHAMMAD
La bendición y la paz de Dios sean sobre él

Indice

1. La Vía hacia Dios: función de los Enviados
2. La Hermandad de los Mensajeros
3. El Sello de los Enviados
4. Muhammad, aspectos de su vida y sus obras


I      LA VÍA HACIA DIOS: FUNCIÓN DE LOS ENVIADOS

En el corazón de todo ser humano hay un anhelo de ir más allá de todo lo conocido, una intuición de que todo lo que conocemos pertenece a un Orden superior, una sensación de que al final de todo nuestro mundo conocido, existe un Principio y un Origen de todo, un Poder y una Sabiduría que ha derramado Sus signos en todo el océano de la existencia, una Realidad última y Trascendente por la que todo adquiere sentido, una Fuente de todo Ser que a todo ha otorgado Belleza, Armonía, Existencia, y que, por tanto, está más allá de todo cuanto jamás podamos imaginar y posee de manera infinita todas las perfecciones que jamás podamos conocer o concebir.

Ese algo es el Ser Único de existencia absoluta, Soberano de toda perfección, cuya inmensidad apenas si llegamos a sospechar al observar el vasto e insondable universo. Infinito y Poderoso, Sublime y Majestuoso, no puede haber nada que escape a Su conocimiento, Lejos y a la vez Cerca, de Infinitos Nombres, si existieran 100,000 universos como el nuestro, o incluso más allá de toda cuenta, todo eso no podría ser más que una mota de polvo, o menos que un átomo, al lado de Su Poderosa y Sublime Presencia.

¡Al-lah, no hay más divinidad que Él!, el Único, el Existente, el Poseedor de Suprema Sabiduría, Glorioso como nadie más, nada ni nadie se Le asemeja. Toda Gloria y Alabanza son para Él, y las riendas de todas la Creaciones están sujetas a Sus manos. De Él viene la Misericordia, el Amor, la Belleza, el Bien. La Suprema Felicidad eterna y gloriosa está en Él.
Cuando uno escucha estas verdades que están ocultas en nuestros propios corazones, cuando uno deja que la voz de nuestro espíritu nos reclame acercarnos a Él, uno ha reconocido que todo orden y todo sentido no pueden serlo más que si provienen de Él y a Él nos conducen.

Ésa convicción básica nos mueve a preguntas fundamentales: ¿cómo responder a estas verdades? ¿cómo actuar después de esto? Pues si no actuamos en concordancia con estas verdades, intuimos que hay riesgo de que nunca más nada tenga sentido verdadero, orden real o dicha verdadera.

En este punto, según la enseñanza revelada, decimos que el hombre ha proclamado:La Illaha Illa'Allah No hay más divinidad que la Única Divinidad, Dios, Allah, glorificado y exaltado sea. Pero el camino de respuesta a esta verdad, a este descubrimiento espiritual que uno ha hecho, apenas si ha empezado.

Hoy en día muchas personas dicen que creen en un Dios, o en una Inteligencia Suprema, pero se apresuran a decir que más allá de eso no creen en nada y que simplemente hay que tener una vida recta en reconocimiento a esa creencia.

Sin embargo, el mundo sigue presa de sus enormes problemas, hay millones de versiones de qué significa vivir 'una vida recta' y cada ser humano sigue con sus preocupaciones y angustias, que cada día se hacen peores. Haber reconocido la verdad fundamental de que hay un Dios supremo ¡es apenas el primer paso!. Con eso aún no sabemos exactamente cómo arreglar los acuciantes problemas del mundo y del ser humano. Cómo conducir nuestra vida, cómo construir las familias, la sociedad, los asuntos personales y los asuntos sociales.

No seguir la búsqueda espiritual de cómo responder a esa verdad fundamental, sería como si después de que nuestro primer maestro nos enseñara que uno más uno es dos, asombrados dijéramos: ¡Ya sé esto, y no hay más que esto! ¿Cómo podríamos resolver así el más mínimo problema matemático, cuando vayamos al mercado, cómo sabremos cuánto debemos pagar y cuánto es el cambio que deben devolvernos? ¿Cómo podría construirse una casa, si se necesitan cálculos de material a ser usado, altura y longitud de los elementos de la más simple de todas las casas? ... Esa actitud haría que todo el edificio enorme de la ciencia matemática quede sin ser descubierto.

Si Dios es infinitamente sabio y misericordioso, debe haber una manera de conocer cómo responder ante Él. Para el hombre que quiere volverse a Él, debe haber una manera de encontrar estas respuestas urgentes.

Por eso es que Dios, en Su Misericordia, ha creado un nexo claro, tangible, entre nosotros y Él. Allah, a lo largo de la historia de los pueblos, ha puesto frente a nosotros a Enviados que, siendo seres humanos como nosotros, han sido elevados a Su Presencia, han sido purificados al más alto grado por Él, y han recibido un Mensaje de parte del Señor de todos los mundos para sernos transmitidos.

Ésa es la función de los Enviados: Traer al ser humano, de parte de Dios, el camino que nos permita responder a la poderosa verdad de que tenemos todos un solo y mismo Dios, ante quien somos responsables.



II     LA HERMANDAD DE LOS MENSAJEROS


124,000 Mensajeros han venido de parte de Dios al mundo en toda la historia de nuestra humanidad. 124,000 Mensajeros, en muy diferentes períodos, razas y con diferentes lenguas, y todos han venido con un único y mismo Mensaje: que no hay más que un solo y Único Dios, Señor Supremo, el Único a quien se eleva toda adoración. De Él venimos y a Él, cuando llegue el plazo señalado, volveremos.

Fueron seres humanos, como nosotros, pero a diferencia de nosotros, ellos recibieron una apertura espiritual de parte de Dios con la finalidad expresa de llevar a sus contemporáneos y sus pueblos la Verdad procedente de Allah. Escogidos por Allah, Él depositó en cada uno de ellos una Luz para servir de antorcha para sus naciones. Empezando con el Profeta Adán, la paz sea con él, el mundo ha conocido a través de ellos noticias acerca de Dios, y la humanidad ha recibido una Guía hacia el Altísimo, hacia la Fuente de toda Felicidad eterna.

313 de esos Mensajeros fueron, además, Profetas, es decir, Mensajeros especiales que trajeron las Leyes Divinas para sus naciones, con las cuales se da forma a la verdadera civilización, la reunión de hombres y mujeres en sociedad que viven alumbrados por la Verdad que viene del Señor. Los otros Mensajeros, los que no trajeron por sí mismos Leyes Divinas, vinieron después de los Profetas a esos mismos pueblos para reafirmar, de parte de Dios, el carácter sagrado de las Leyes traídas, y volver a enseñar, de parte de Dios mismo, el camino espiritual de reencuentro con el Soberano Supremo de toda la Creación.

Todos los Mensajeros son hermanos entre sí, no por la sangre sino por el espíritu. Todos fueron las joyas más preciosas de la humanidad, los siervos más humildes y entregados a Dios, los signos vivientes de la Majestad y la Proximidad Divina. Son los Enviados, los que portan las noticias del Misericordioso, y los que traen la advertencia a la humanidad acerca de las consecuencias de rechazar el llamado divino, y extraviarse en la adoración de ídolos falsos, o, en el fondo, de uno mismo.

En nuestro corto y fragmentario conocimiento de la historia, hemos olvidado el nombre de la mayoría de ellos. Los nombres de unos quedaron olvidados cuando sus naciones desaparecieron, a veces bajo el fuego, a veces bajo el agua, a veces a bajo la tierra. De otros, la historia ha conservado tan poco recuerdo que sus nombres se pierden entre mitologías oscuras y páginas del pasado que escapan a nuestro entendimiento.

Pero el nombre de algunos aún subsiste entre nosotros. Adán, nuestro padre; Noé, la paz sea con él, Abraham, amigo de Allah, y muchos otros.
Cinco Profetas son los más grandes de entre los 313 Profetas. Cinco fueron aquellos a los que Allah les concedió un rango espiritual inmenso entre los grandes de entre Sus electos, y les dio a su vez páginas y Libros revelados procedentes de Él.

- Noé [Nuh], la paz sea con él, llamado el confidente de Allah, en cuyo tiempo la creencia pura no sobrevivió en más que 80 personas en todo el mundo;

- Abrahám [Ibrahim], la paz sea con él, llamado el amigo de Allah, padre de naciones que resistió la opresión y a quien el fuego enviado en su contra por el tirano de su época no pudo tocar;

- Moisés [Musa], la paz sea con él, que habló con Allah, y a quien Dios envió al pueblo judío para liberarlos de la tiranía del Faraón mediante signos del Poder de Allah. A Moisés se le entregó la Torah por Libro Sagrado;

- Jesús ['Isa] hijo de la bendita y virgen María, llamado Espíritu (aliento) procedente de Allah, por lo cual, con el permiso de Allah devolvió vida a los muertos. Fue enviado a los Hijos de Israel como Mesías mas fue rechazado por la mayor parte de su gente en su época. Vendrá al fin de los Tiempos, ¡prontamente!, como seguidor declarado del Más grande de todos los Profetas y Mensajeros, seguidor del último de todos ellos, a quien el propio Jesús profetizó con anehlo en su tiempo. Y cumplirá recién en ese entonces la función de ser Mesías de todos los creyentes. A Jesús se le entregó el Inyil como Libro Sagrado;

- Muhammad, el Amado de Allah, el Mejor de la Creación, que la bendición y la paz de Allah sean con él y con sus hermanos los Profetas y Mensajeros, creado primero que todos ellos y enviado al final, más de 1,400 años atrás, como Sello de todos ellos. El que trajo nuevamente el camino a Dios, el Islam, al mundo, no ya para una nación en perticular sino para todas las naciones y pueblos hasta el Día del Juicio. Con él vino el Sagrado Corán, el libro revelado más completo de todos los libros enviados por Allah.


III    EL SELLO DE LOS ENVIADOS


El Sello de los Mensajeros y Profetas, Muhammad (saaws), fue agraciado por Allah por encima de todas las criaturas, y Dios le revistió de las características más hermosas y los mayores conocimientos de los asuntos de Dios.

Nació en Arabia, una tierra olvidada de la gran historia y cultura de la humanidad, y a pesar de haber recibido durante más de diez años el rechazo de la gente poderosa e influyente de su ciudad natal, la Meca, Allah le concedió supremacía por sobre sus adversarios. A pesar de que su tierra natal estaba al margen de las grandes culturas y civilizaciones, por causa suya surgió no una sino varias civilizaciones y culturas de sello islámico y menos de treinta años después de su muerte su mensaje había alcanzado de extremo a extremo del mundo conocido en ese entonces, desde las costas de España hasta la frontera con China.

Sus milagros dejaron atónitos a quienes lo conocieron. ¿Qué Profeta pudo ordenar, no ya al mar, sino a la propia Luna, partirse en dos y recomponerse inmediatamente para mostrar un signo del Poder que viene de Allah? Cuando su mano posó en uno de sus Compañeros, una fragancia en esa zona del cuerpo le acompañó a esa persona hasta el fin de sus días, muchos años después: la fragancia de las manos del Mejor de la Creación

Su rostro era de una belleza no conocida, y muchos declararon que vieron su rostro asemejarse a la Luna cuando ilumina. En sus manos, las propias piedras hablaron y declararon que hay un único Dios y que Muhammad es Su Mensajero. Muchos testigos de integridad declararon que, cuando trasladó su lugar de alocuciones, el árbol a cuyo lado pronunciaba sus discursos, y que ya no lo oiría más, gimió de pena. ¡Cuántas personas, a quienes se les había predispuesto en contra de él, apenas verle dijeron: Éste es el Mensajero de Dios! Curó y dio de comer. De sus dedos benditos manó el agua para dar de beber. 

Cambió el llanto en alegría y elevó a esclavos a posiciones de dignidad y poder. Uno que fue corriendo a matarlo, jurando matarlo o morir en el intento, uno de los guerreros más fuertes de la Meca, en el camino ¡terminó declarando que no hay más que un solo Dios y que Muhammad es Su Mensajero! y se hizo uno de sus más grandes y leales Compañeros. 

Un rey, al recibir la comitiva de los enemigos del Islam que querían ganar su favor contra el Mensajero de Dios, los escuchó y al terminar de escucharlos ¡reconoció que no hay más que un solo Dios y que Muhammad era verdadero Mensajero de Dios!. 

Enseñó el valor y el coraje heroicos a quienes antes temían, enseñó la misericordia a quienes eran duros de corazón, a los iletrados los hizo autoridades en el conocimiento divino, y llamó al amor y al temor de Dios, al servicio al Único y a la vida llena de las bendiciones y luces que proceden de Dios.

¡Allah, Allah! En contacto con Su Mensajero, incluso quienes antes enterraban vivas a sus hijas terminaron siendo gente de rectitud y sinceridad, y fueron contados entre los próximos a Allah.

A diferencia de su hermano Nuh, la paz sea con él, el Profeta Muhammad (saaws), el Amado de Allah, pasó a la otra vida rodeado de 124,000 Creyentes y Compañeros. A diferencia de su hermano Ibrahim, la paz sea con él, el Elegido de Allah, Muhammad Mustafá (saaws), no solo triunfó sobre los opresores de su tiempo sino que él mismo recibió de Dios el gobierno y mandato sobre la vida de la nación de los creyentes. 

A diferencia de su hermano Musa, la paz sea con él, llevó a los creyentes con apenas pocos signos grandes de intervención divina a gobernar en el mundo como testigos de la Revelación, y no hubo una Tierra Prometida a la que se le impidiera el acceso ni erraron en castigo sus Compañeros por 40 años en el desierto. 

A diferencia del Profeta 'Isa, la paz sea con él, enseñó no tres sino veintitrés años a su gente, el Libro revelado que dejó nunca ha sido alterado, estableció con singular firmeza la aceptación de Dios de modo que sus gentes nunca dijeran, movidos por el amor a él o por el asombro por sus milagros, que él era más bien Dios en vez de un siervo de Dios, recibió en su propia vida el juramento de fidelidad de creyentes de diversas lenguas y naciones, triunfó sobre sus adversarios, muchos de los cuales se hicieron sus leales seguidores y forjó una nación poderosa, sublime, que se expandió y se expande por doquier.

¡Oh Gentes, conózcanlo! Él es Muhammad, la bendición y la paz de Dios sean con él, el más honrado siervo en la Presencia de Dios. Jamás corazón alguno ha penetrado tanto en los reinos de la intimidad de Dios como él , jamás tanto conocimiento celestial y divino ha sido vertido en el pecho de un ser humano como en él

Incluso el más grande de entre todos los ángeles y los arcángeles, el arcángel Gabriel [Yibril], la paz sea con él, declaró que no podría acercarse junto con el Amado de Dios sino solo hasta cierto punto, después del cual Muhammad continuó solo, hasta donde nadie antes jamás llegó, pues de lo contrario la Inmensidad de la Presencia de Dios habría acabado con Gabriel.

Todos los Mensajeros y los Profetas han sido Enviados para hablar a sus hermanos entre la humanidad. Pero sólo Muhammad (saaws) fue Profeta general de los Hombres y los Yinnes, de los seres humanos tanto como de aquellos a quienes nuestros ojos no alcanzan a ver. Los 124,000 Mensajeros, incluidos los Profetas, hicieron la oración liderados por él, el Sello de todos, cuando el Arcángel Gabriel los convocó en Jerusalén, antes de acompañar a Muhammad  a la Presencia Insondable de Dios.

Muhammad, la bendición y la paz de Dios aumenten sobre él, es el Sello de los Mensajeros y Profetas tanto para Hombres, Jinnes, como para siervos de Dios que jamás siquiera escucharon hablar de nuestro padre Adán.

Muhammad (saaws) es Rahmata lil 'alamin, Misericordia para todos los Mundos, como Allah el Altísimo declara en el Sagrado Corán. 

Él (saaws), creado antes que cualquier otra creación y enviado al final, recibe primero que nadie las luces y los resplandores que Allah el Único decide enviar a la Creación y desde él (saaws) se distribuyen después las luces y las realidades internas hacia el resto de la Creación.

El Mediador, el Conocedor Perfecto, el Más Íntimo a Dios, la expresión más elevada y comprensiva de todas las perfecciones que Allah ha querido expresar en la Creación, la primera luz creada por Dios y la luz con la cual Allah creó el resto de la Creación, Muhammad (saaws) recibió los más elevados dones y sin embargo siempre se encuentra en sumisión completa a la Voluntad de Dios, entregado enteramente a adorar a Dios, sin distracción ni disminución, a adorar al Único, a Aquel que no tiene nada ni nadie que Se le parezca, Dios, Allah, glorificado y exaltado sea. De Allah venimos y a Allah volvemos y no hay más dios que Allah, Único y sin asociados. El Poder y la Fuerza son solo de Allah.


IV    MUHAMMAD: ASPECTOS DE SU VIDA Y SUS OBRAS


El era el Corán caminando, así definió el carácter de Muhammad (saaws) su esposa 'Aisha, Madre de Creyentes, que Dios la tenga en Su misericordia. Su vida y su carácter ejemplifican todo lo que Allah ha revelado en el Sagrado Corán.

Tomos y tomos de libros podrían ser escritos, y han sido escritos, y nunca acabarán de acercarse a la descripción del Mensajero de Allah (saaws). Su nacimiento estuvo colmado de milagros, su vida estuvo colmada de milagros, su transición al más allá fue un milagro, su permanencia con su nación después del tránsito a la otra vida es también un milagro, su accesibilidad a los creyentes sinceros en toda época es un milagro.

El Sagrado Corán fue el más inmenso milagro que recibió. La Verdad con la que se guía al mundo, el Criterio para discernir lo correcto de lo incorrecto, lo positivo de lo dañino, lo que vale de lo que no es más que engaño de este mundo.

Sus ojos lloraron la muerte de seres queridos, su estómago padeció hambre y su corazón padeció el rechazo de tantos seres queridos, pero jamás su espíritu se desvió de la entrega a Dios. 

Permaneció fiel a su Señor cuando le calumniaron, cuando se burlaron de él, cuando le ensuciaron el cuerpo con sangre e intestinos de carnero mientras él, silencioso, se encontraba postrado ante su Señor, con la frente en el suelo en adoración a Dios. Saludaba y trataba con cordialidad a sus adversarios, visitó a quienes de ellos se encontraban enfermos, nunca devolvió insulto por insulto y su ejemplo fue un faro para los corazones de la gente sincera que lo encontró.

Cuando Allah le ordenó retirarse de su ciudad, tras diez años de maltratos, humillaciones, incomprensión e incluso, finalmente, intentos de asesinato contra él, fue el último de todos los creyentes en irse de la Meca a Medina. 

Viajó a Medina acompañado de su más leal amigo y Compañero, Abu Bakr as-Siddiq, mientras su sobrino 'Ali, el León del Islam, arriesgaba su vida haciéndose pasar por el Profeta (saaws) en la cama de este último, cuando los conspiradores fueron a buscarlo a su cuarto para matarle.

Emigrando de la Meca hacia Medina, fue perseguido por la gente de su ciudad y se ocultó en una montaña, en una entrada donde la araña tejió su tela y el ave hizo su nido para proteger al Mensajero para toda la Creación, haciendo parecer que al lugar nadie había entrado durante mucho tiempo.

En la oscuridad de dicha entrada, el Profeta (saaws) abrió para Abu Bakr as-Siddiq, que Allah esté complacido con él, el conocimiento del tasawwuf, el conocimiento de las ciencias internas, y dio origen a una corriente de espiritualidad que llega hasta hoy en día.

Llegó a Medina, aclamado por la gente que lo recibió con los brazos en alto, y allí Allah permitió que los musulmanes encontraran su nuevo hogar y el crecimiento conjunto que habían estado anhelando desde años atrás.

Cuando los rebeldes contra Allah se reunieron nuevamente para acabar con los musulmanes, el corazón del Profeta (saaws) no se apuró en tomar las armas en defensa, sino que esperó y esperó, incluso en contra de la urgencia que mostraban sus Compañeros, hasta que Allah hizo el llamado a los creyentes a poner sus vidas en el camino de Allah para evitar que la corrupción prevaleciera en el mundo y evitar que la Revelación fuera desterrada del mundo al que esa Revelación debía salvar.

Con gentes que en su gran mayoría no estaba preparada para las batallas, con gente iletrada, gente humilde y simple, afrontaron juntos la Hora decisiva de la entrega a Allah con las propias vidas, y en el frente nadie hubo más valeroso que el Mensajero de Allah (saaws) ni más rápido tampoco en perdonar al enemigo que se retractaba.

No hay canto épico que pueda narrar la compasión, la generosidad, la bravura, la caballerosidad, la caridad, la dignidad, la humildad, el desapego completo de los bienes de este mundo, la sonrisa, los ojos profundos, las manos cálidas, la dulzura del Mensajero de Allah (saaws)

Él fue y es el mejor de todos los mejores. Todos los que se le acercaban se sentían tan honrados por su trato que pensaban haber sido los más elogiados por él. Incluso cuando Allah abrió para él las puertas de todas las riquezas de Arabia, jamás atesoró para sí riquezas ni pocas ni muchas y siempre repartió con generosidad en beneficio de los demás. Y siempre su corazón prefirió la oración y la intimidad con su Señor. 

Él dijo: "Búsquenme entre los pobres", y dijo también: "Quien me ame, debe prepararse para la pobreza, pues la pobreza le alcanzará como la flecha alcanza el objetivo".

Dijo: "El mejor de entre ustedes es el que mejor trata a su esposa". 

Dijo: "El Paraíso está a los pies de la madre". 

Y dijo: "Todo este mundo está maldito excepto por el Recuerdo de Dios y aquello que lleva a recordarlo".

De sus benditos labios salieron estas frases: "Dos ciclos de oración a Dios valen más que el mundo y todo lo que contiene"; "Este mundo es para el creyente como el árbol en que un viajero, tras un largo viaje, descansa unos minutos bajo la sombra; después se levanta y se va".

Vivió siempre conforme a su máxima: "El Hijo de Adán sólo tiene derecho a un poco de pan, un techo para dormir y un vestido para cubrirse".

Adornó los corazones de su gente con el Bien que proviene de la sumisión a Allah, con los perfumes que son un anticipo de los perfumes celestiales de la Otra Vida. 

De su mano miles de miles de personas volvieron su corazón hacia Allah, abandonaron la oscuridad del politeísmo, libraron la lucha contra sus propios egos, construyeron una civilización basada en la primacía de Dios por sobre todas las cosas, y legaron a la humanidad el más perfecto ejemplo de vidas entregadas a su Señor, aquellas que confirman la verdad de las palabras del Profeta (saaws): "No he venido más que para mejorar el carácter" y "El mejor de ustedes es el que tiene mejor carácter".

El Camino de Muhammad (saaws), el Profeta final para toda la humanidad, no ha sido ni una utopía que nunca se realizó ni una ideología que se maquinó en el cerebro de las personas. Proviene del regalo de Dios y se hizo realidad, y esa realidad ha sido legada a todos aquellos que, siguiendo su Camino, son en cada época herederos de la Vía del Profeta, Guardianes Celosos de la Inmaculada Verdad.

"Anhelo ver a mis hermanos" - dijo un día el Profeta (saaws). Sus Compañeros le respondieron: "¿Acaso no somos nosotros tus hermanos". Él les dijo: "No, ustedes son mis Compañeros. Mis hermanos son los que aún están por venir".

¡Oh Mensajero de Allah! ¡Que la bendición y la paz de Allah sean contigo! 

¡Que podamos reunirnos en la reunión donde los corazones se llenan de gozo por la cercanía con Dios! ¡Oh Mensajero de Allah! ¡Pide a Allah por nosotros, pues los tiempos se han vuelto obscuros, y nuestras fuerzas pocas, y nuestra debilidad nos traiciona, pero confiamos en tu ejemplo y en la Palabra de la Verdad!

Alhamdulillahi Rabbil 'alamin (Las Alabanzas son para Allah, el Señor de los Mundos).