La era de los tiranos llega a su fin. ¡Hasbunallah! ¡Rabbunallah! ¡Hasbunallah! ¡Rabbunallah! No hay poder ni fuerza sino sólo en Dios, glorificado Sea.
Nuestro Gran Sheij, Maulana Nazim al Hakkani, y nuestro bienamado Sheij Abdul Kerim Effendi han mencionado en diversas ocasiones que las democracias son instrumentos shaytanicos que funcionan como cobertores: encubren la realidad del poder detrás del espectáculo de los Congresos, los partidos y las instituciones oficiales.
Maulana Sheij Nazim ha dicho recientemente: ¡Todo aquel que forme parte de un Congreso es ciertamente un agente del shaytan!
También el sistema económico mundial es un ídolo que debe caer. Nuestros Sheijs mencionan cómo el papel dinero o las monedas contemporáneas, el dinero electrónico, encubren asimismo a los verdaderos acumuladores de riqueza real, quienes se apresuran a protegerse de las crisis capitalistas acumulando oro en depósitos seguros. La verdadera moneda en el Islam no es el papel moneda, sino el oro y la plata.
Todos los ropajes de Kufr, de la incredulidad que desafía las Leyes Divinas, encubren a los agentes de la injusticia, a los agentes del sistema del Dajjal, pero Kufr se está remeciendo en sus cimientos.
Como Sheij Abdul Kerim Effendi mencionó una vez: en este mundo sólo hay dos fuerzas: capitalismo vs. Islam. Y a Allah pertenece el éxito.
¡Allahu Akbar!
Maulana Sheij Nazim, en referencia a las hipocresías y mentiras que se esconden bajo los sistemas políticos y económicos, mencionó con toda claridad:
"... Puedes crear muchas leyes, pero no puedes usarlas, ya que hay gobiernos subterráneos. Los gobiernos visibles no pueden hacer nada. No pueden impedir ningún mal porque todo mal es alimentado por esa mafia. Esa mafia controla los gobiernos y la policía y los ejércitos e incluso los número uno en todos los países están bajo sus pistolas. Deben hacer todo lo que esos demonios les dicen que hagan. Si no hacen lo que esa mafia de demonios les dice que hagan, no serán ni número uno ni número dos ni número tres ni tendrán poder alguno en sus manos. En Estados Unidos intentaron muchas veces crear reglas que impidieran el ‘veneno blanco’ [alcohol] o el ‘veneno rojo’ y muchas otras cosas, pero no funcionó"
A todo esto que yo decía, el entrevistador se mostraba de acuerdo. Así que le dije:
“Tú eres como mi nieto. No creas que la blancura de mi barba se debe a la harina. He estado observando desde el principio de la Segunda Guerra Mundial e incluso desde antes de eso hasta hoy en día todas las cosas y sé lo que ocurre alrededor de todo este mundo. Quizá muy poca gente conoce lo que está detrás de los velos, lo que verdaderamente está pasando. Yo lo conozco, porque Allah el Todopoderoso me ha dado la capacidad de ver incluso por debajo de la tierra y detrás de los velos ...”.
* * *
Frente a este panorama, tenemos el poderoso, el magno, el majestuoso y definitivo Islam.
Y en el Islam, hay quienes, como los grandes awliya, tienen autoridad y reciben la fuerza y el permiso espiritual para descubrir, advertir y, según proviene de la sabiduría e inspiraciones divinas, y observando los tiempos, propósitos y sabiduría oculta en los acontecimientos y todas las cosas, la orden asimismo de combatir los niveles más profundos del sistema shaytanico del Dajjal.
La esfera de actividad de ellos escapa a los límites de los intrumentos, ciertamente no requiere ni usa la tecnología ni organizaciones, no es del orden de lo habitual, pero es más cierta y eficaz que cualquier solución que que busque un ser humano librado a su propia comprensión y ego, más eficaz que lasa acciones de un ser humano común (comúnmente rebelde) que camina bajo el dominio de sus límites y su ignorancia, sin conexión espiritual con el Todopoderoso, glorificado Sea, y sin conocimiento ni de los tiempos ni de la sabiduría de las cosas.
En apariencia, los poderosos en el mundo circulan por las Casas Blancas, o Casas de Gobierno, o Congresos, o liderando movimientos, instituciones o hasta revoluciones.
Tras ellos, el poder escondido se mueve en flujos y reflujos en organizaciones o agrupaciones, de carácter y permanencia diversos, múltiples, interconectadas de modo complejo, con componentes tales como la Trilateral, el Club Bilderberg, organizaciones y círculos sionistas, círculos internos dentro de las grandes logias masónicas de países sobre todo del denominado primer mundo, agrupaciones de pocas familias incalculablemente ricas, etc.
Y sin embargo, más allá de las apariencias manifiestas, tras ellos, muy parte y distantes de ellos, el verdadero poder radica únicamente en los siervos puros de Allah, aquellos que se han rendido totalmente impotentes ante el Creador de los Cielos y la Tierra, se sometieron a Aquel que gratuita y amorosamente los ha vestido con investiduras de honor y privilegio: los grandes awliya, la gente atribuida con poder (ahl al tasarruf).
¿Cómo? - se puede preguntar uno.
Sheij Abdul Kerim Effendi dijo una vez: No digan cómo. Sus mentes no podrían ser capaces de comprender cómo. No ya sus mentes, escuchen bien, sus espíritus no podrían ser capaces de entender cómo. Simplemente, es así como es.
Más de una vez, hemos escuchado con asombro decir al Sultán de los Awliya:
¡Kufr está (pisoteado) bajo mis pies!
O a Sheij Abdul Kerim Effendi, Sahib-us Sayf, el Dueño de la Espada, tal como Maulana Sheij Nazim lo ha llamado, decir también (refiriéndose a un servicio especial suyo al Sultan de los awliya):
"Si supieran lo que tengo contra ellos (contra esas mafias), enviarían ahora mismo sobre nosotros no a sus policías o agentes, y no una, sino hasta dos bombas atómicas, pero claro, me escuchan, y no soy más que un loco que está hablando tonterías. ¿Cómo podría ser de otra manera?"
También dijo:
"Un solo creyente -ésa debería ser su certeza de fe-, un solo creyente verdadero podría transformar un país entero. Pero claro, hoy los musulmanes, que dicen tener fe, ni siquiera son capaces de soñar con que eso sea posible. Sin embargo, es algo totalmente cierto, tal como decía Umar ibn al Khattab, radiallahu anhu: el creyente es aquel que si ve que es el único mu'min y está rodeado por todos lados de Kufr, su fe le dice: aunque sea el único, mi Señor me basta para vencer a Kufr".
Ahora bien, más allá de las esferas de los awliya, en el Islam hay en segundo lugar aquellos que, apresados por las trampas del ego y los velos de dunya (este mundo), como es el caso de la inmensa mayoría de los creyentes, tienen apenas fuerza para mantenerse como musulmanes, o si algo más, para cambiarse a sí mismos (muchas veces apenas de modo muy limitado), y, según la fortaleza individual adicional, para realizar cambios en sus familias y, en lo posible, en sus comunidades inmediatas. No más les es posible. Todo otro intento, ante las circunstancias actuales y el diseño de las cosas, es sólo vanidad, ignorancia o malayani.
Los problemas del mundo, y con ellos la mafia encubierta por las democracias y la ONU, son algo que escapa por mucho al pequeño límite del poder calculadamente atribuido a las figuras de los Presidentes o Ministros, o cualquier organización política o movimiento social.
Al haber, digámoslo así, un sistema de gobierno o poder internacionalizado en las sombras, con estructuras y componentes varios muy distintos a los formales y nacionales, ni las revueltas nacionalistas, ni foros de concientización, ni las protestas en las calles, mucho menos revelaciones en la web o wikileaks de cualquier tipo, son capaces de alcanzar y derrocar en la medida necesaria los verdaderos centros del poder oscuro que se cierne sobre la humanidad.
Por tanto, para el nivel del común de los creyentes, se requiere (¡y ya está próxima su hora!) del advenimiento de un único Sultán que como Amir al Mu'minin, Líder de los Creyentes, congregue las fuerzas dispersas, comande las filas de creyentes y produzca, en la esfera de lo manifiesto y visible, una restauración del Orden Divino y la Justicia y Compasión en el mundo.
Ya hemos ingresado a esa era.
La hora de los tiranos llega a su fin.
* * *
Por tanto, y dentro de las actividades en nuestra persona, nuestra familia y nuestras comunidades, según nos esté al alcance de la mano, ya sea solos -si no hay otra forma- o mejor rodeados de hermanos con corazón sincero igualmente hastiados de Batil, de la falsedad, el inconforme, el luchador, el anti-sistema, el crítico, el desencantado del mundo de hoy, el defensor de la verdad que observa con asombro la hipocresía descomunal del mundo, debe comprender con urgencia una primera verdad central , sin la cual no hay posibilidad de ningún éxito:
La verdad central que las gentes deben comprender es:
La illaha illa'Allah (no hay más que un Único Dios, sin padres, madres o hijos, Uno y Único).
Muhammadun Rasulullah (Muhammad es Mensajero de Dios).
Las Dos Luces. El Islam.
Hay muchos que denuncian y critican a la masonería, a los Bilderbergers, el sionismo, las maniobras de los bancos, hay muchos también que -valgan verdades- ven enemigos hasta en donde no existen; muchos critican el papel moneda, o las democracias, o las Naciones Unidas, adierten sobre el cambio climático, etc ... pero no debe perderse de vista un elemento esencial, cuya mención no se encuentra en ninguna de las páginas webs que tratan de mil maneras y con mil hipótesis de todos estos asuntos:
O el Ser Humano se vuelve en obediencia a Dios para salvarse, o se pierde en su propia ceguera.
Muchos, muchos de esos autores son ateos de convicción o simplemente ateos de facto, laicos, incrédulos, gente soberbia incapaz de decir: mi corazón acepta un Mensaje que viene desde mi Señor a través de Su Mensajero Muhammad, la bendición y la paz sea sobre él.
Hay muchos que tienen decenas de libros, artículos, conferencias, videos, son grandes personajes, gente famosa, que les gusta ser anti-sistema y que hablan acerca de todos esos asuntos de las realidades detrás del poder visible. Los hay de toda clase y de todo gusto.
En efecto, cada cual, de entre ellos, según sus muy particulares puntos de vista o hipótesis, sin conexión con la fuente de la Sabiduría, procederán de diversas formas: algunos culparán de todo al sionismo, otros a la masonería internacional a secas, otros al Vaticano, otros al Kremlin, otros a los jesuitas, otros a la paranoia de los reptilianos, otros a los ovnis, al sinarquismo, al shamballa, a la familia real inglesa, a otra familia real, otros a espíritus ancestrales, otros a esta religión, a esta otra religión, etc., etc.
Pero la gran mayoría de ellos son ateos, incrédulos, gente que no tiene el menor temor ni el menor amor por Dios, ni la más mínima creencia en el Día del Juicio.
Vanos e insinceros son sus esfuerzos.
En cuanto a los ateos, Allah dice en el Sagrado Corán que los animales saben más que esa gente.
Pues todo animal, en su propia manera, a su propio modo conforme con su naturaleza y límites, adora y reconoce a su Señor. No son rebeldes, son siervos de Dios. Incluso cada célula adora a su Creador.
Otros de entre los estudiosos de todos estos temas de masonería, conspiraciones, etc., son cristianos, algunos incluso son judíos, como Noam Chomsky. Por lo menos, si se atreven a dejar conocer la primacía de su fe en sus escritos, valen como creyentes. Pero si no han llegado a decir La illaha Illa'Allah Muhammadun Rasulullah, el Shaytan, el demonio, de una u otra manera los sigue engañando y cortándoles la comprensión de asuntos más profundos.
La Illaha illa'Allah Muhammadun Rasulullah es Haqq, es la Verdad, la Realidad poderosa.
Que todo crítico anti-sistema, todo inconformista radical, todo desencantado de la hipocresía del mundo, reflexione en esto:
Puedes eliminar a todo el que prefieras, a todos los masones, el Vaticano, los sionistas, el club Bilderberg, estos y lo otros, pero si una comunidad o una nación no se construye sobre La illaha Illa'Allah Muhammadun Rasulullah ... los problemas van a estar allí nuevamente, van a continuar, día tras día, y cada vez más graves. Inevitablemente.
Pierden de vista tales autores que todos los problemas juntos de este mundo entero, reunidos sobre la espalda de un solo ser humano, no son nada, nada, en relación a la eternidad que nos jugamos aquí en este mundo con nuestras obras y las intenciones con que hacemos nuestros actos. Eternidad, inmensamente mayor que todo el sufrimiento o el gozo que podemos albergar en esta corta vida.
Después de esta vida, por más insoportable y dolida que haya sido, si nunca hemos sido humildes para aceptar servir a Dios y seguir el llamado de Sus Mensajeros, la paz sea con todos ellos, y aprender que por encima de todo nuestro principal enemigo está dentro de nosotros mismos, que nuestro enemigo mortal es nuestro propio ego, entonces, cuando crucemos a la otra vida y los velos de nuestra ignorancia se caigan, veremos la eternidad abrirse delante de nosotros con un panorama más desolador que cualquier tragedia que se conozca en este mundo.
Allí recibiremos sólo lo que hemos cosechado aquí. La duración de la eternidad no tiene ninguna comparación con la vida corta que tenemos en este mundo.
El mundo podría haber eliminado a todos los sionistas, banqueros, bilderbergers, reckefellers, etc., etc., pero si yo no me he sometido a mi Señor siguiendo Su Voluntad, que conozco únicamente a través de Sus Mensajeros, no importa todos los logros politicos y económicos del mundo que hayan podido lograrse, no importa si se elimina la injusticia del mundo entero: si no he aceptado seguir la Voluntad de mi Señor, estaré en terribles problemas cuando pase a la zona de la eternidad.
De manera inversa, aunque el mundo sea presa de todos los opresores y dictadores y mafiosos habidos y por haber, si yo he sido fiel al pacto con mi Señor, si mis actos le han sido de Su agrado, si le he adorado intensamente y con entrega, la eternidad está por delante con los regalos que Él por su misericordia me concede sin límite, inimaginables.
El Profeta del Islam, la bendición y paz de Dios sean sobre él, le dijo a uno de sus Compañeros: "Estáte en este mundo como el viajero que está en medio de un largísimo viaje, y que se detiene en este mundo apenas un instante".
Ésa es la clase de fe, sagrada, imbatible, monolítica, que sólo los musulmanes tenemos hoy en día.
Ésta es la armonía y el justo medio del Islam: no olvides a quienes te rodean, no olvides a todo ser humano, al mundo en que Allah te ha colocado, ponlos por delante tuyo, estáte a su servicio, y no te olvides de limpiarte de tu propio ego, soberbia e ignorancia, ya que tu paso en medio de ellos es efímero, no puedes dar la felicidad que no conoces, no puedes servirles si no te conquistas a ti mismo, y un Día anunciado, quizá bastante próximo, estarás bajo tierra, enterrado sin que nadie te oiga, fuera para siempre del gran teatro del mundo. Librado a una zona donde la eternidad y las Realidades te esperan.
Si tenemos éxito o no en la lucha por la Justicia, es un asunto que está, como absolutamente todo lo que ocurre, únicamente en las manos de Allah. Él es el único que dispone el éxito o el fracaso, y a Su Sabiduría nos sometemos de buen agrado realizando nuestro mejor esfuerzo.
Si Allah quiere, como se nos enseña en el Islam, incluso con un solo hombre con una fe tremenda, con una fe como de un océano, Allah puede cambiar las cosas en toda una nación.
Como nos recuerda Sheij Abdul kerim, el mundo ya ha conocido esto: bastó un solo hombre, sin ningún conocimiento erudito ni de economía o de política, sin ningún partido político, sin grandes obras literarias, sin oratoria, sin grandes planes estatales o estudios universitarios, sin aliados políticos ni diplomas que mostrar, un hombre que tenía por toda arma apenas un bastón, en definitiva sin nada excepto sólo una sola cosa, lo esencial, lo único real: estar absolutamente entregado a Dios.
Bastó sólo eso para que él venciera, con su bastón, a la superpotencia, al tirano colosal de su tiempo. Literalmente.
Hablamos por cierto del Profeta Moisés, la paz sea con él, y de cómo derrrotó, con el favor de Dios, al Faraón de la nación más poderosa de la tierra en aquel entonces.
¡Allahu Akbar!, Allah es lo Más Grande.
También, si Allah quiere, podría disponer que el éxito externo esté en manos de otros y no en las nuestras, y que no lo veamos en nuestra vida, como también ha ocurrido, pero habremos librado la vida más digna y honrable que se pueda vivir: servirle sólo a Él y vivir y morir en Su Camino.
Al final, con o sin nosotros, Islam va a prevalecer -y prevalece-, pues el Islam es un asunto de Dios y no nuestro, y regresará el orden, la compasión y la justicia a este mundo.
Será pronto. Los signos están por todos lados ahora mismo. La gente que tiene el verdadero poder ya está dispuesta en sus lugares.
¡Despierta! Entrégate al llamado de tu Señor, abraza Su Misericordia y Protección, antes de que Él haga manifiesta sobre nuestras cabezas su Justa Venganza.
Insha'Allah, si hacemos eso, si cambiamos, si al menos nos movemos con intención sincera, de la mano de sus awliya aportaremos un grano de arena efectivo para el cambio y puede que Allah nos dé, si Él lo desea, otros encargos de mayor alcance.