En el Nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo |
CUANDO
UN HOMBRE VIO EL ROSTRO RADIANTE
DE
NUESTRO MAESTRO
BismillahirRahmanirRahim
Una vez, unos
cuantos murids y yo mismo estábamos con Sheykh Effendi Hazretleri en la Calle
39 en Manhattan, cerca a la entrada a la Dergah después del Zikr del viernes
por la noche.
Sheykh Effendi solía ir
frecuentemente a la calle por la noche una vez que las actividades con la
yamaah (la comunidad) se habían completado, y pasaba algún tiempo allí, viendo
en la escena, y la hora era habitualmente tarde. Si has estado por allí durante ese tiempo,
sabes que es como una jungla.
Una vez, en
una de esas noches, un hombre que sostenía una bolsa de papel marrón y que
claramente había estado bebiendo, bajó por la calle y se nos acercó. Sheykh Effendi le saludó con una sonrisa y le
preguntó cómo estaba. El hombre devolvió
el saludo y empezó una conversación con Sheykh Effendi.
Mientras esto
ocurría, note algunas cuantas cosas. Sheykh
Effendi ni una sola vez le dijo que se fuera ni le habló mirándolo desde lo alto
ni le hizo un además de rechazo. Para mi
sorpresa, en lugar de ello, se puso a conversar con él de una amiga muy
amigable, como si fuera su amigo de muchos años, y realmente escuchó lo que
tenía que decirle este hombre ebrio. Yo
estaba muy sorprendido con esto, ya que nunca había visto nada así antes.
[El lector
debe tomar en cuenta que en el Islam el alcohol está estrictamente prohibido y
el murid que narra esto viene de una infancia y país donde ver a una persona
ebria, no es como aquí cosa de todas las semanas, sino que es una verdadera rareza
y es considerado como algo terriblemente reprobable y que todos rechazan, ya
que el Islam protege desde hace siglos la estabilidad de la vida social y
familiar de los peligros del alcohol al punto que la sola idea de la ebriedad
es sumamente extraña, masha’Allah.
Una
de las cosas que más le extraña a un musulmán en el ambiente de Occidente es la
permisividad con el alcohol y la ignorancia de los males que ello genera, al
punto que aquí hablar con una persona ebria es considerado normal porque la
ebriedad es considerada normal y es socialmente admitida.
Pero en este encuentro, acaban de estar
reunidos musulmanes en una reunión de Zikr, que acaba de experimentar la
purificación y la dulzura espiritual de la pureza de quien quiere entregarse en
pureza a Allah; y es el maestro espiritual mismo el que después recibe en la
calle, en ese ambiente tan diametralmente distinto al que ellos acaban de
vivir, una persona que ha estado viviendo una de las escenas más lamentables en
las noches de las grandes ciudades].
Hasta ese
momento, yo trataba de evitar a los borrachos por supuesto, y jamás en mi vida
había visto a alguien a quien se considerara como una persona santa, o un sabio
musulmán o siquiera a un hombre mayor, darle la bienvenida a un ebrio en la
calle.
Pero aquí
atestiguábamos a Sheykh Effendi, con su modo propio de darle bienvenida a las
personas, con su presencia bendita y su rostro sonriente, conversar con este
hombre con sinceridad.
Esta actitud
de mi Sheykh, por supuesto, tuvo un efecto profundo sobre este hombre.
Él miró a
Sheykh Effendi, tomó una pausa y verdaderamente le miró con atención y le
sonrió también y exclamó: ¡Uau, en
verdad es bueno encontrarse contigo!
Sheykh Effendi
le respondió: “¿Ah sí? Démonos la mano”.
El
hombre tomó las manos de nuestro Maestro y se conmovió aún más.
Sahibus Sayf [Sheykh
Effendi] le dijo:
“Repite
después de mí: ¡Ashadu an La Ilaha
Ill’Allah, wa Ashadu Anna Muhammadan Abduhu wa Rasuluh!”.
El hombre lo
repitió y de pronto, quietamente, empezó a llorar y a acercarse más para
abrazar a Sheykh Effendi. Sheykh Effendi
también le abrazó y fui capaz de tomarles una foto juntos.
Después,
Sheykh Effendi metió la mano en su bolsillo y saco de allí un dulce que le dio
al hombre. Y le dio que no se
preocupara, que lo volvería a ver de nuevo.
Esto hizo que
el hombre estuviera contento y a medida que se iba volteaba varias veces a ver
a Sheykh Effendi, con los ojos empañados y con una sonrisa en su rostro.
Sheykh Effendi
después nos dijo a los que habíamos presenciado este hecho tan especial: “Hagan
que digan la Shahadah. Incluso si no
saben lo que están diciendo, está bien.
Que la lengua diga estas palabras.
Esto volverá de nuevo a ellos un día antes de que se vayan de este
mundo, como una protección. Es
suficiente que la lengua lo diga. Un día
esto entrará en el corazón”.
Hay miles de
hechos así que han experimentado muchos de los que han sido bendecidos con
estar en la compañía de nuestro Sheykh.
Ver a un hombre, extraño a nosotros y nosotros a él, ir de una vida de
incredulidad a la fe en un solo instante, si ningún ‘da’wah’ o chillah (que
haya pasado 40 días en yamaah) o debate,
no es más que un milagro.
Me hizo pensar
que yo solía leer acerca de incidentes como éstos acerca de Santo Profeta (‘alayhi
salatu wa sallam). Cuando la gente se
encontraba con el Santo Profeta (asws) y observaba su rostro radiante y caían embelesados
y aceptaban el Islam de su mano.
Y Allah me
hizo atestiguar esto en vivo con uno de sus más amados, Sahibul Saif, Sheykh
Abdul Kerim al Kibrisi al Hakkani Hz. Era
como decir: ‘¡Mira! No
es algo muerto, ¡está vivo! No
es pasado, es presente y continúa con los herederos del Santo Profeta (asws) y
tú estás con uno ahora, ¡mira!’
Todos tienen
un trabajo. ¿Qué estaba haciendo Sheykh
Effendi en altas horas de la noche del viernes en la Calle 39 en Manhattan
cuando el mundo entero estaba ocupado buscándose más problemas? Estaba llevando a cabo la misión del Santo
Profeta (asws) Estaba sacando a gente de la jungla, fuera de sus propias
ciénagas de problemas, y limpiándolos como hizo su vida entera.
Yo soy uno de
los miles que él sacó de la jungla.
Nuestro Lokman Effendi Hz. continúa manteniendo viva la misión de
nuestro Profeta y la de nuestro Sheykh, que Allah le dé fortaleza y una larga
vida.
Yo suplico y
pido apoyo para ser capaz de servir de un modo que sea agradable a ellos insha’Allah. Que Allah eleve la estación de Sahibus Sayf y
que proteja y continúe dando más fuerza y apoyo a nuestro Lokman Effendi Hz. en
este mes bendito de Ramadán. Amin.
- El murid que
escribió este texto se llama Hayder Ali.-
* * *
Le preguntaron una vez a Shaykh Abdeqader al Jilani (qs) lo siguiente: "sabemos de la condición que tendrán tus buenos seguidores, pero ¿qué pasará con tus malos seguidores?"
El noble Shaykh respondió: "Mis buenos seguidores me tienen devoción; en cuanto a los malos, yo tengo devoción en salvarlos".